@albion2112
Los Halcones de Atlanta llegaron a los playoffs de la NFL como el sembrado número 1 en la Conferencia Nacional, aunque había muchos escépticos sobre su status de contendiente. Después de la primera victoria en playoffs para Mike Smith, Matt Ryan y Tony Gonzalez, yo sigo teniendo mis dudas.
Mike Smith puso en riesgo la temporada de su equipo con una serie de malas decisiones que no puede repetir. / Foto: Especial |
Sin embargo, los ajustes de medio tiempo se dieron solo del lado de Seattle, y a pesar de que Marshawn Lynch tuvo una actuación bastante discreta, Russell Wilson comenzó a hallar los espacios para correr con el balón y sembrar desconcierto en la defensiva de Atlanta. Al otro lado del balón, Seattle dejó de agolpar gente en la caja, optando por coberturas dobles y retrasar a sus safeties a fin de cortar espacios en campo abierto a White y Jones, logrando maniatar el ataque de los Halcones y acercándose poco a poco en el marcador.
Faltando dos minutos para el final del juego, los Seahawks consiguieron irse arriba en el marcador por primera vez en todo el partido, poniendo la pizarra 28-27 y toda la presión sobre los hombros de Matt Ryan. El criticado QB pudo responder y halló nuevamente la manera de conectar con sus receptores, poniendo la mesa para que Matt Bryant pudiese entrar a patear el gol de campo que les devolviese la ventaja que resultaría definitiva, enviando a los Seahawks a casa y poniendo a los Halcones en la final de conferencia.
Matt Ryan obtuvo su primera victoria en playoffs, pero eso no significa que ya no se encuentre bajo presión. / Foto: Especial |
Tenían la ventaja y el reloj era su aliado, pero nunca buscaron recurrir al juego terrestre para exprimir lo más posible al reloj y poner presión sobre los Seahawks, forzándolos a tomar riesgos en busca de anotaciones rápidas en su intento de venir de atrás.
Cuando los Halcones se vieron abajo, no había un plan de respuesta, y la única razón por la que lograron regresar fue tener enfrente a otro staff de entrenadores igualmente impulsivos. Seattle lanzó disparos sobre Ryan en una situación en la que hubiese sido mejor sentarse a esperarlo en el fondo y regalándole las trayectorias cortas, y lo único que lograron fue ofrecerle nuevamente las coberturas uno a uno que el joven QB explotó durante el primer medio.
Tras la recepción de Tony Gonzalez en el centro del campo que los puso a distancia para la patada definitiva de Bryant, Smith volvió a demostrar que la sangre fría no lo acompaña en momentos de presión, corriendo para pedir un tiempo fuera cuando quedaban once segundos en el reloj. No tenía más tiempos y era riesgoso intentar sacar otra jugada antes de azotar el balón. ¿por qué no dejar correr algunos segundos más el reloj y mandar a Bryant con tres o cuatro segundos y acabar con el partido?
Tony Gonzalez fue pieza clave en la victoria de los Halcones y probablemente la disfrutó más que nadie. / Foto: Especial |
Pero eso no fue lo que pasó.
La patada de Bryant chocó con esa primera línea de defensores, teniendo el mismo efecto que una fallida patada corta y concediendo a los Seahawks la posibilidad de intentar un par de jugadas en busca de sacar el partido. La última de ellas terminó con una intercepción, pero sirvió como ejemplo de otra mala decisión. Julio Jones se quedó con el balón, pero lo hizo en una jugada donde lo más lógico y sensato hubiese sido batear el balón hacia el piso.
Los Halcones lograron su primer triunfo en playoffs en la Era Smith, pero al hacerlo no hicieron más que confirmar los temores y críticas de muchos: se trata de un equipo lleno de talento, pero que se caracteriza por no controlar la presión y tomar decisiones equivocadas de manera frecuentemente peligrosa. Una semana parece poco tiempo para asentarse y aprender a manejar la presión, y el problema de Atlanta será tratar de sobrevivir a la dura defensiva de los 49ers sin repetir esa clase de errores mentales, pues de otro modo se encaminan a otra abrupta y decepcionante salida de los playoffs.
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