@albion2112
Seguramente todo aficionado al basquetbol de la NBA leyó o escuchó acerca de lo fuertes y peligrosos que serían esta temporada los Lakers de Los Angeles, pues las adquisiciones hechas previo al arranque les daban uno de los equipos más impresionantes, al menos en el papel.
Dwight Howard es uno de los mejores jugadores en la NBA, y con él los Lakers debieran ser un mejor equipo. / Foto: Lakers.com |
La llegada de esas dos estrellas completaba una alineación titular que con Kobe Bryant, Pau Gasol y Metta World Peace pintaba para ser una de las mejores quintetas en la liga.
La pretemporada no auguraba un buen comienzo, pues los angelinos no pudieron ganar uno solo de sus ocho partidos de preparación para la temporada 2012-13, pero su primer partido en casa sería ante los Mavericks de Dallas, equipo que dejó ir a Jason Kidd y Jason Terry y que tampoco contaría con los servicios de Dirk Nowitzki y Chris Kaman. Pese a ellos los Mavericks mostraron más cohesión y superaron a los Lakers por 99-91.
Al día siguiente los angelinos visitaron a los Trailblazers de Portland, considerados como uno de los equipos que pelearán por los boletos de la lotería del draft, y volvieron a perder. No solo se colocaron con marca de 0-2, si no que además vieron caer a Steve Nash, quien sufrió una lesión en la pierna izquierda durante el segundo periodo y ya no regresó al encuentro, siendo remplazado por el siempre intermitente Steve Blake.
El viernes, ya confirmada la ausencia de Nash, los Lakers enfrentaron a sus vecinos, los Clippers de Los Angeles, con quienes comparten el Staples Center y a quienes normalmente dominan sin demasiadas dificultades. Pero los Clippers no son lo que solían ser, y propinaron a los lacustres su tercer descalabro al hilo, marcando apenas la cuarta ocasión en que los Lakers inician una temporada con tres derrotas. La última vez que esto había ocurrido fue en la temporada 1978-79.
La lesión sufrida por Steve Nash resultó más sería de lo pensado y el veterano se perderá varios juegos. / Foto: Lakers.com |
Los Lakers tienen tres juegos durante esta semana, reciben a los Pistones, visitan al Jazz y reciben a los Guerreros, lo que no parece una agenda tan complicada. En caso de que Nash requiera más días para recuperarse las cosas podrían complicarse, aún pese al hecho de que jugarán en casa siete de sus próximos ocho partidos, incluyendo la visita del ex-equipo de Nash, los soles de Phoenix, el próximo 16 de noviembre.
Mientras que muchos apuntan al sistema ofensivo del coach Mike Brown como el principal problema, creo que es más preocupante la mala defensa que están jugando los Lakers. Sus rivales han descubierto que los angelinos son vulnerables durante la transición, y los han superado a base de velocidad. Sumado ese problema a los veinte balones que están perdiendo por partido es de entenderse que las victorias no aparezcan. Los pases errados debieran solucionarse conforme el equipo desarrolle cohesión y ritmo, pero la defensiva puede ser un problema mucho más serio.
Por lo pronto, este domingo reciben la visita de los Pistones de Detroit, equipo que ha arrancado por dos derrotas y que en el papel resulta muy inferior a los Lakers. Aún así, los angelinos no pueden confiarse si no quieren que su record caiga a 0-4, algo que no sucede desde 1957, cuando el equipo aún tenía como sede la ciudad de Minneapolis. La última vez que perdieron sus primeros tres partidos en casa fue en 1959, así que esa es otra historia que habrá que seguir esta noche.
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