Por Alex Rodríguez.
Por más de 60 años el futbol mexicano ha sido controlado por un grupo que históricamente ha hecho y deshecho como han querido tanto a clubes como a la máxima representación de este deporte, la selección, convirtiéndola más en un producto mediático que en una delegación con los mejores elementos para una disciplina a nivel mundial, situación que debería ser la prioridad al hablar de temas deportivos.
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| En días pasados, el empresario Carlos Slim compró el 30% de las acciones de Grupo Pachuca. / Foto: Especial |
En las pasadas semanas se anunció que Carlos Slim compraba el 30% de las acciones de grupo Pachuca (Club de Futbol Pachuca, Club León y la Universidad del Futbol), lo que dio la vuelta al mundo futbolístico en México y encendió las alarmas de los círculos de poder que manejan el balompié azteca, el duopolio Televisa-TV Azteca.
Hasta el momento ni Televisa ni TV Azteca habían sentido una amenaza tan grande como la que en esta ocasión Jesús Martínez (dueño de Grupo Pachuca) ya representa, pues no es la primera vez que un empresario hace sentir incómodos a la actual dictadura del futbol mexicano. Hace 30 años un individuo de nombre Emilio Mauer, tenía un proyecto a largo plazo el cual comenzó a restarle poder al duopolio televisivo.
Sin embargo cuando éste se metió en los derechos de las transmisiones, el Presidente del Club Puebla se convirtió prácticamente en el enemigo público número uno, sufriendo una persecución tan grande hasta que fue alcanzado, llevado a la cárcel y ejemplificando que cuando alguien va en contra del sistema, obtiene un trágico desenlace. Hoy las cosas son diferentes, porque hace 30 años Mauer no tenía en la delantera a un socio con el mismo o incluso más poder que los mismos dictadores de este deporte.
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| La llegada de Grupo Carso al futbol mexicano es posiblemente el comienzo de una revolución futbolística. / Foto: Especial |
La entrada del empresario y del grupo Carso a la industria del futbol mexicano es posiblemente el comienzo de una revolución futbolística la cual permitirá tener una libertad a los equipos de primera división, y sobretodo que ahora si exista una competencia en cuanto al terreno extradeportivo, en concreto las transmisiones de televisión. Jesús Martínez estudió la situación y los posibles panoramas que el desafiar las reglas le traerían, por eso la asociación con el hombre más rico del mundo fue un movimiento maestro, que sí, hay que decirlo, Slim no entró al ámbito futbolístico por el amor al deporte sino por la guerra cantada que trae con los dueños de la televisión mexicana.
A partir de aquí la familia Martínez deberá andarse con cuidado porque lo que tengo seguro y que estoy cierto Jesús sabe, es que las represalias para las instituciones que tiene dentro del futbol existirán, incluso me atrevería a decir que ya han comenzado, con las declaraciones del Presidente de la Liga MX de indiferencia por el tema, dando a pensar que como empleado del duopolio, fue una orden directa de los altos mandos.
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