Por Gerardo Cuéllar.
Contrario a lo sucedido en el MGM Grand en donde Saúl Álvarez retuvo su título ante un inofensivo Josesito López, el Thomas & Mack Center fue escenario de la primera derrota como profesional del 'Hijo de la Leyenda', Julio César Chávez Jr. quien perdió el campeonato mundial de los medianos ante el argentino Sergio 'Maravilla' Martínez.
Serio 'Maravilla' Martínez acabó con el invicto de Julio César Chávez Jr. y se volvió a coronar en los medianos. / Foto: Especial |
La pelea entre ambos púgiles por el fajín del Consejo Mundial de Boxeo quedó a deber acorde a lo mucho que tanto Chávez como Martínez hablaron previo al combate, y quedó a deber no por la actuación del sudamericano, sino por la actitud en todo momento temerosa del ahora ex-campeón mexicano que se encargó de rehuir el combate durante once asaltos.
Hoy, unos días después de la que sin duda será una pelea histórica, no queda sino tratar de analizar lo sucedido con un Julio César Chávez que indudablemente decepcionó a quienes lo apoyaban, al tiempo que le dió la razón a sus detractores no por haber caído ante un gran peleador como es Sergio 'Maravilla' Martínez, sino por la poca ambición y el excesivo respecto mostrado hacia el boxeo del sudamericano.
Ese exagerado respeto que Chávez Jr. mostró hacia su rival fácilmente podría confundirse con miedo y es que sencillamente el 'Junior' se dedicó durante once asaltos a recibir golpes del 'Maravilla' amagando con conectar pero mostrándose temeroso de entrar en un intercambio de golpes con el ahora campeón del mundo.
'Julito' con la presión que le generan las dudas en torno a sus verdaderas cualidades boxísticas y prometiendo que de una vez por todas se desharía de la sombra de su padre para comenzar a escribir su propia historia falló desde su mismo camino rumbo al ring, mismo en el que en todo el trayecto se mantuvo un paso detrás de la figura de Julio César Chávez padre.
Una vez comenzada la pelea, el 'Hijo de la Leyenda' denotó que salió al ring a tratar de no recibir castigo y no a sumar puntos pensando en ganar una pelea que salvo alguna de esas descabelladas e inexplicables decisiones de las que solamente los jueces de la comisión atlética de Nevada son capaces de dar, tenía claramente perdida ante los ojos de cualquiera que estuviera viendo la pelea.
El triunfo de Martínez se reflejó en las huellas que quedaron en el rostro del mexicano tras la batalla. / Foto: Especial |
Julio César Chávez Jr. ganó solamente un round, el último, el de matar o morir. El mexicano sabía que si no noqueaba a Sergio Martínez tendría que decirle adiós a su invicto y a su campeonato, y pareció estar cerca de emular lo que alguna vez hiciera su padre, derribó al 'Maravilla' y lo puso en malas condiciones pero en esos 30 segundos de ataque inmisericorde se vació, terminó con sus fuerzas y con ello con la posibilidad de conseguir un triunfo que habría sido memorable.
El 'Junior' tuvo que reconocer la derrota en la conferencia de prensa posterior al combate y lo hizo como debía hacerlo, sin buscar pretextos aunque volvió a fallar cuando reconoció que Martínez es un buen peleador pero que "no es nada especial". Minimizó a un peleador que le acababa de ganar claramente y que lo golpeó a placer durante once largos rounds en los que Julio César demostró que aquellos que decían que no estaba listo para enfrentar a un rival de categoría tenían razón.
Se acabó su invicto y la carrera de telenovela en la que algunos medios habían convertido su andar boxístico. El 'Maravilla' Martínez acabó con el mito y una revancha inmediata entre ambos parece inminente. La pregunta es: ¿Será Julio César Chávez Jr. capáz de levantarse de este baño de realidad recibido?.
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