El pasado sábado se celebró en la MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, Nevada, uno de los eventos de artes marciales mixtas que mayor expectación ha causado, el UFC 138, cuya pelea estelar era la revancha entre Anderson Silva y Chael Sonnen.
En 2010 un triángulo con barra de brazo dio la victoria a Silva tras cuatro rounds de dominio de Sonnen. / Foto: Especial |
Siguieron casi dos años de un Sonnen que se rehusaba a dejar en paz el asunto y exigía una revancha, misma que tuvo que ser aplazada en un par de ocasiones. Finalmente se fijó una fecha y entonces hubo que sufrir una vez más el circo mediático de Sonnen, quien no se cansó de insultar repetidamente a Silva, a su familia, sus amigos, entrenadores y compañeros de gimnasio, e incluso al pueblo de Brasil en general. Silva aguantó hasta hace un par de semanas, cuando finalmente respondió y prometió destruir a Sonnen en el octágono.
Sonnen parecía decidido a terminar esta vez lo que no pudo en UFC 117 y llevó de inmediato al piso a su rival. / Foto: UFC.com |
La ansiedad y falta de técnica de Sonnen en la pelea de pie se pusieron de manifiesto cuando falló un golpe giratorio en reversa y acabó en la lona tras perder el equilibrio. Silva lo castigó con un fuerte rodillazo al cuerpo antes de permitirle ponerse en pie.
El campeón logró derribar nuevamente a Sonnen con un certero derechazo y se lanzó sobre él para terminar la faena, conectando una serie de poderosos golpes sobre un retador a quien le faltaron recursos para protegerse o intentar salir de la situación comprometida en que lo puso el campeón. Ante la falta de respuesta del retador, el referi detuvo la pelea antes de completar el segundo minuto del segundo round.
A diferencia del retador, Silva se mostró implacable en el piso. / Foto: UFC.com |
Esa es una pregunta que solo el tiempo podrá responder una vez que el exitoso brasileño ponga punto final a su carrera y ésta se pueda analizar más a fondo y en conjunto. Pero no cabe duda que con cada combate el campeón indiscutible de los medios cimenta su caso con más fuerza. Se le acaban los rivales y no sería de extrañar que en un par de años más el campeón decidiese poner punto final a su gloriosa carrera antes de tener que vivir un declive de sus facultades.
Por lo pronto, no nos queda más que disfrutar de lo que aún quiera ofrecer uno de los más grandes peleadores de la historia.
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