La División Este de la Conferencia Nacional siempre se ha caracterizado por su competitividad, y aún a pesar de los altibajos que sus equipos han tenido en años recientes, siguen siendo una de las más interesantes en la liga.
Michael Vick buscará repetir su gran actuación del 2010 y llevar a las Águilas a lo más alto. / Foto: Especial |
Aún cuando esa reforzada unidad no se vio nada bien durante los juegos de exhibición, me parece que es justificado considerar a las Águilas como el principal contendiente a obtener el título divisional.
Los Vaqueros de Dallas tienen varios años siendo considerados como la gran decepción de la liga, pues cuentan con un plantel lleno de estrellas que no terminan de cuajar para convertirse en un equipo sólido. Jason Garrett heredó el puesto de entrenador en jefe -aunque hay que señalar que él mismo colaboró para echar a Wade Phillips- y con el la responsabilidad de convertir a los Vaqueros en un equipo contendiente. La principal adición al equipo en los últimos meses fue Rob Ryan, experimentado coordinador defensivo que debiera ayudar a poner orden en una unidad que hasta ahora no ha jugado al nivel esperado.
Jason Garrett y Tony Romo tienen mucho que probar en esta temporada 2011, y no será tarea fácil. / Foto: Especial |
Garrett y Romo estarán bajo presión todo el año, y yo veo a Dallas peleando por alcanzar una plaza como equipo comodín.
El tercero en discordia en este caso son los Gigantes de Nueva York, equipo que ha apostado a la continuidad y que mantiene básicamente el mismo plantel que la temporada anterior. Habiendo quedado atrás algunas lesiones, es fácil ver a los pupilos de Tom Coughlin como una respetable fuerza competitiva, no solo en esta división, si no en toda la conferencia. Me parece que no son un equipo tan fuerte como las Águilas, así que espero verlos pelear hasta la última semana con los Vaqueros por el segundo lugar de la división y la potencial plaza como comodín que éste puede representar.
Finalmente, los Pieles Rojas de Washington son un equipo que bajo la dirección de Mike Shanahan crea más interrogantes que las que resuelve. Tras su sonado desencuentro con Donovan McNabb, Shanahan y su hijo Kyle tendrán que obtener resultados de Rex Grossman rápidamente o se ganarán la animadversión de los aficionados, complicando aún más su situación. El brillante historial que tiene Shanahan como entrenador hace que uno espere ver a un equipo disciplinado y que ejecute de manera eficiente su plan de juego, pero me quedan demasiadas dudas sobre la calidad y profundidad de su plantel como para esperar ver alguna mejoría notoria respecto a la temporada pasada.
Durante los juegos de pretemporada ni Rex Grossman ni John Beck lucieron como la clase de QB que uno espera ver encabezando a un equipo competitivo, y un mal año de uno o ambos QBs podría dejar en mala posición a su coach, sobre todo si McNabb tiene un buen año con los Vikingos, mismo caso que con Albert Haynesworth en Nueva Inglaterra. Si Bruce Schneider, el dueño del equipo, decide aguantar a Shanahan y darle manga ancha para reconstruir al equipo, creo que en un par de años podría empezar a ver resultados y volverse un equipo competitivo, pero no antes de ese plazo. Solo el tiempo dirá si Shanahan es un genio incomprendido o solo otro necio más con delirios de grandeza.
Resumiendo, las Águilas de Filadelfia parecen obligadas a prevalecer en esta división, y para hacerlo tendrán que demostrar que son un verdadero equipo y no solo una plantilla llena de nombres. Gigantes y Vaqueros debieran poner las cosas interesantes mientras que los Pieles Rojas habrán de conformarse con no permitir que se les use como escalón para apuntalar posiciones en la división. Creo que esta va a estar buena.
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