En un texto anterior mencioné que me parecía que se estaba dando un cambio de guardia generacional en la NBA, pues algunas de las jóvenes estrellas de la liga estaban empezando a mostrar la madurez necesaria para convertirse en la nueva élite del baloncesto profesional, y la reciente resolución de otro par de las semifinales de conferencia parece concederme la razón.
Derrick Rose, flamante MVP de la NBA, está llamado a ser uno de los líderes de esta nueva generación. / Foto: Especial |
Kevin Garnett, Paul Pierce y Shaquille O'Neal en los Celtics; Kobe Bryant, Lamar Odom y Pau Gasol en los Lakers, son jugadores de valía y experiencia más que probadas, y aún a pesar de que todos ellos (excepto tal vez el Shaq) aún están jugando a gran nivel, parecen estar siendo poco a poco rebasados por jugadores más jóvenes y ambiciosos.
Dallas se ha convertido en la gran historia de estos playoffs. A pesar de tener un equipo tan veterano como los Lakers o los Celtics, los Mavericks parecen tener algo que les hizo falta a aquellos en las últimas semanas: hambre de triunfo. De la mano de Dirk Nowitzcki, Shawn Marion y Jason Kidd, los Mavericks dieron una soberbia demostración de ejecución y entrega para barrer en cuatro juegos seguidos a los aún campeones Lakers, y ahora solo esperan la resolución de la serie entre Oklahoma City y Memphis para dar inicio a la final del Oeste y buscar su pase a las Finales de la NBA.
Al hacer un análisis previo a los playoffs, mencioné que me parecía que el mayor problema que tenían los Mavs de cara a los playoffs era una defensiva poco confiable, que sumada a una excesiva dependencia de los tiros de distancia los convertían en un equipo volátil y en riesgo de ser dominado por equipos más fuertes y balanceados como, por ejemplo, los Lakers. Y sin embargo, no solo sus tiradores han estado implacables, si no que el equipo completo está jugando una defensa extraordinaria y demostrando en la duela una actitud ganadora sin importar quienes formen la quinteta que esté dentro.
Russell Westbrook y Kevin Durant tienen al Thunder a un triunfo de poder acceder a la final de conferencia. / Foto: Especial |
En cambio los Toros tienen un equipo más balanceado y gustan de repartir el juego y los puntos, eso si, siempre bajo el mando de su guardia armador y recién nombrado MVP de la temporada, Derrick Rose. Chicago tiene una de las mejores defensivas de la liga y un ataque que cuando toma ritmo luce casi imparable. Miami cuenta con uno de los ataques más explosivos en la NBA y su defensa no es precisamente laxa.
Una seña delatora de la edad promedio en estos dos conjuntos la da el percatarse que, entre las estrellas de ambos conjuntos, Lebron James es el más experimentado de todos. Ambos equipos cerraron la temporada con muy buen ritmo y supieron mantener la inercia ganadora durante las dos rondas de playoffs que han disputado, llegando a esta final en su mejor momento. Sin duda será una serie muy pareja y de difícil pronóstico, aunque me inclino a creer que el juego de conjunto de Chicago les da una ligerísima ventaja, pues la dependencia del juego de los estelares de Miami puede jugarles en contra en cuanto alguno de ellos tenga una mala noche.
Como sea, es un hecho que todavía nos quedan algunas semanas del mejor basquetbol del mundo antes de saber quien será el que levante el trofeo que acredita a su equipo como campeón de la NBA. En los próximos días espero escribir un análisis más a fondo de las finales de Conferencia y del panorama de cara a las Finales 2011 de la NBA.
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