@albion2112
El pasado sábado se celebró en el Grand Garden Arena de Las Vegas, Nevada, el UFC 162, uno de los eventos más esperados y promocionados de UFC en mucho tiempo, y si la función había resultado atractiva, lo que aconteció en la pelea estelar aseguró que ahora sea inolvidable.
La fanfarronería y exceso de confianza le costaron a Anderson Silva su primera derrota en más de siete años. / Foto: UFC.com |
El primer round de la pelea no resultó una sorpresa para nadie. Silva salió a estudiar a su rival, midiéndolo y esperando sus embates. Por su parte, Weidman se mantuvo fiel a su estrategia, presionar, cerrar la distancia y buscar el derribo. Este último lo consiguió con relativa rapidez, y rápidamente buscó trabajar al campeon con su ground and pound, pero Silva se defendió de manera eficiente. Weidman intentó entonces cambiar de posición en busca de una sumisión.
En algún momento parecía que tenía bien encajada una llave sobre la pierna de Silva, pero la Araña mostró que su Jiu Jitsu, aún cuando rara vez tiene oportunidad de mostrarlo, está a la altura de lo que se puede esperar de un campeón. Una vez de pie Silva comenzó a retar a Weidman, bajando los brazos e invitándolo a intercambiar golpes. Por su parte, el retador comenzaba a jalar aire por la boca, haciendo pensar que su cardio podría convertirse en un factor en los siguientes asaltos.
Chris Weidman es el nuevo campeón de peso medio de UFC. / Foto: UFC.com |
Tocado, el campeón fue incapaz de defenderse y Weidman conectó un par de golpes más de una serie que lanzó a su caído oponente. Herb Dean intervino para detener las acciones y hacer oficial la sorpresa de la noche: Anderson Silva había perdido el campeonato, noqueado por primera vez y sufriendo su quinta derrota como profesional, primera desde que fuese descalificado en 2006 por una patada ilegal en contra de Yushin Okami.
Como era de esperarse, habrá muchas discusiones y controversia alrededor de esta pelea. De hecho, ya comienzan los comentarios acerca de que la pelea estaba arreglada o afirmando que Silva se dejó ganar, y encuentro que se trata de afirmaciones bastante irresponsables. No es como si fuese la primera vez que Silva se dedica a fanfarronear durante una de sus peleas, aún cuando hay que apuntar que nunca lo había hecho ante un rival que fuese conocido por su capacidad como striker, como es el caso de Weidman.
La actitud de Silva, antes, durante y después de la pelea, es la principal fuente para todas estas especulaciones, pero la única persona que sabe lo que pasaba por la mente del entonces todavía campeón es el propio Silva. En el peor de los casos supongo qe habría cierta validez en el argumento de que lo que la Araña buscaba era una salida a la estresante vida de un campeón, y que si no entregó la pelea al menos si ofreció a su retador una oportunidad de derrotarlo.
A diferencia de Silva, Chris Weidman se tomó la pelea con seriedad y siempre buscó obtener la victoria. / Foto: UFC.com |
Como quiera que sea, la actitud mostrada por Silva en una de sus peleas más esperadas y promocionadas fue de una total irresponsabilidad y falta de respeto, no sólo hacia Weidman, quien ahora ostenta el campeonato rodeado de dudas y detractores, sino también hacia el público que pagó un boleto o compró el PPV, y ni hablar de su equipo de trabajo, entrenadores e incluso la propia UFC, quienes tienen que dar la cara buscando justificar la actitud de una de sus mayores figuras.
El legado de Silva como peleador está intacto, sigue siendo uno de los mejores y más completos peleadores que jamás hayan competido en las artes marciales mixtas y sis duda es serio candidato a ser considerado como el mejor de todos los tiempos, pero la actitud mostrada en esta pelea será una mancha en su historial que necesitará tiempo para ser olvidada. El rey ha muerto, larga vida al rey.
0 comments:
Publicar un comentario