Por Gerardo Cuéllar.
@GerardoTaker
Si algun aficionado americanista hubiera encendido su televisor en los minutos finales del partido de vuelta de la Final del Clausura 2013, seguramente se hubiera decepcionado al ver que Cruz Azul ganaba un gol a cero en el Estadio Azteca y por diferencia de dos goles en el global. Posiblemente aquel aficionado azulcrema hubiese apagado el televisor para no ser testigo de la coronación azul a domicilio.
Las Águilas del América consiguieron remontar un encuentro que perdían al minuto 88 ante Cruz Azul. / Foto: Especial |
Lo que se habría perdido ese aficionado es sencillamente un pedazo de historia y uno de los momentos más emotivos en la historia de las Finales del futbol mexicano. Y es que pese a ser mejor, América estaba muerto ante un lleno impresionante en el Azteca y estaba cayendo ante su gente, y ante los ojos de millones de personas que seguían el encuentro a través de la televisión.
Y es que el domingo vimos cómo las Águilas conquistaron el que quizá sea el título más sufrido de su historia ante un Cruz Azul que buscaba el doblete y que estuvo más cerca que nunca de romper su poco honrosa sequía de títulos de Liga. Si, la Máquina se quedó a unos segundos de llevarse a casa el campeonato de un Clausura 2013 que habría sido mágico para los aficionados celestes.
Cruz Azul apostó por el contragolpe y por detener al explosivo ataque azulcrema, y gracias a otra soberbia actuación de Jesús Corona estuvo cerca de lograr su cometido. Sin embargo el futbol nos tenía deparada una de esas noches mágicas en las que muchos recordamos por qué, independientemente de las simpatías o antipatías que podamos tener, amamos este deporte.
El escenario no podía haber sido otro mas que el máximo templo futbolístico de nuestro país, el 'Coloso de Santa Úrsula', el Estadio Azteca, y la reacción de las Águilas para remontar un marcador para ganar un encuentro que perdían al minuto 88 es muy meritoria, más si consideramos que desde muy temprano jugaban en inferioridad numérica.
Moisés Muñoz fue el héroe de las Águilas al empatar el global a los 93 minutos de acción. / Foto: Especial |
Guardando proporciones desde luego, lo sucedido en el Estadio Azteca hizo recordar a muchos la Final de la UEFA Champions League de la temporada 1998-99 cuando en el Camp Nou de Barcelona en otra remontada espectacular, el Manchester United le arrancó el título de las manos al Bayern Munich con dos goles conseguidos en tiempo de compensación.
Probablemente ni el más optimista aficionado azulcrema habría imaginado que empatarían el encuentro a los 89 minutos para darle la vuelta al 93 con un gol de su guardameta. Mucho menos que en una serie de penales a la que Cruz Azul llegaría anímicamente fundido, sería Miguel Layún el encargado de marcar la anotación que le daría el título número 11 de su historia a las Águilas del América. Sin embargo sucedió en una noche en la que el futbol nos mostraba una vez más el por qué es el deporte más popular del mundo.
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