@albion2112
Cuando Ray Lewis anunció la semana pasada que se retiraría como jugador una vez concluída la participación de los Cuervos en la presente temporada sabíamos que Baltimore daría un esfuerzo adicional en su juego ante los Potros, y eso fue lo que sucedió.
Ray Lewis encabezó la aparición de su equipo por quizás la última vez ante el público de Baltimore. / Foto: Especial |
No era un secreto que había muchas y crecientes diferencias entre Cameron y Joe Flacco, y al final fue Cameron quien resultó sacrificado y su cargo puesto en manos de Jim Caldwell, ex-entrenador en jefe de los Potros de Indianapolis y quien llegó a los Cuervos como entrenador asistente previo al arranque de esta temporada. El ataque en las últimas dos semanas ha lucido mucho más balanceado, al punto que pudo reponerse incluso a los inesperados balones sueltos de Ray Rice, quien hasta antes de este domingo nunca había perdido dos balones en el mismo juego. Pero la gran historia para Baltimore fue, sin lugar a dudas, la defensiva.
La defensiva de los Cuervos fue irregular durante el año, pero ante los Potros lució como la recordábamos. / Foto: Especial |
Los Potros pudieron mover el balón con cierta regularidad, pero aún a pesar de ello nunca fueron capaces de alcanzar la zona de anotación, y todos sus esfuerzos se vieron reducidos a tres goles de campo. Andrew Luck jugó bajo presión a lo largo de todo el partido, y las pocas veces que se hallaba con tiempo para buscar a sus receptores, estos estaban bien cubiertos, o demasiado preocupados ante la dura marcación del perímetro de los Cuervos.
Para Ray Lewis puede haberse tratado de la despedida ante su afición, habiendo recibido incluso la oportunidad de alinearse junto a la ofensiva en la última jugada del partido con el único objeto de que pudiese realizar una vez más su emblemático baile en el emparrillado de Baltimore. Sin embargo, aún le queda al menos un partido más, y lo enfrentará con el apoyo incondicional de sus compañeros, quienes ahora cuentan con la motivación de intentar alcanzar el Super Bowl una vez más con la intención de despedir a su líder de diecisiete años de la mejor manera posible. Se antoja complicado, pero ¿por qué no? Va por Ray.
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