Por Gerardo Cuéllar.
El pasado sábado, Necaxa disputó su último partido de temporada regular como local en este torneo y derrotó sin mayores problemas a los Tiburones Rojos del Veracruz en un partido muy frío disputado en el Estadio Victoria.
El colombiano Danny Santoya en su primer campaña en México podría coronarse campeón de goleo. / Foto: Especial |
Lo rescatable, además del triunfo no fue la actuación del equipo que en lo personal me parece que dejó mucho que desear, sino que ya con el boleto para la liguilla en la mano, Necaxa salió a jugar buscando el triunfo y al conseguirlo aseguró el liderato general, y por ende, su participación en la ronda de Semifinales.
Sobre si el haber conseguido el liderato antes de la última jornada será algo positivo o no ya tendremos ocasión de hablarlo. De igual forma ya habrá tiempo para discutir sobre el hecho de si nos gusta o no la manera en la que juega el equipo o la rotación de jugadores que a lo largo del torneo ha empleado Jaime Ordiales.
Al margen de cualquiera de esas situaciones y entendiendo que aún no se ha ganado nada, me parece que habría que darle cuando menos el beneficio de la duda a un técnico que si bien no tiene una gran experiencia ha logrado algo que no se conseguía desde hace 20 años: Terminar el torneo como líder general.
Si la memoria no me falla para encontrar la última -y única- vez que Necaxa terminó como superlíder tendríamos que irnos hasta la temporada 1991-1992, cuando el argentino Roberto Saporiti dirigía al equipo. En aquella ocasión se eliminó a Veracruz en los Cuartos de Final y se cayó ante el Puebla de Manuel Lapuente en las Semifinales del torneo un sábado al mediodía en el Estadio Azteca.
Víctor Lojero se reencontró con el gol y le dió el triunfo a los Rayos ante unos inofensivos Tiburones. / Foto: Especial |
Ni el propio Lapuente, ni Raúl Arias u Omar Arellano con el gran año que tuvo en nuestra primera experiencia en el ascenso consiguieron llevar a Necaxa a una liguilla ocupando la posición de privilegio, misma que en esta ocasión si conlleva un premio que como todos sabemos es el avanzar directamente a la ronda de Semifinales, saltándonos aquella de Cuartos de Final en donde la famosa 'Maldición del Superlíder' suele hacer de las suyas.
El Necaxa de Jaime Ordiales está en Semifinales y eso nos permite soñar con el título, sin embargo como dije antes, tenemos que ser conscientes de que aún no se gana nada y que primero habrá que cerrar el torneo visitando a Cruz Azul Hidalgo para después esperar el rival al que enfrentaremos en la Semifinal del Apertura 2012, esperando que aún nos queden cinco encuentros y que después de la desilución copera el Estadio Victoria vea por primera vez en su historia a Necaxa levantar un trofeo.
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