Históricamente hablando, no existe una división tan irregular y tormentosa como lo es la del Sur de la Conferencia Nacional, y este año no será muy diferente, pues habrá varias historias a seguir dentro de esta división, misma que en el papel luce como una de las más competitivas.
Drew Brees es el gran líder de los Santos, y su responsabilidad será mayor ante la ausencia de Sean Payton. / Foto: Especial |
La ofensiva no debiera ser muy diferente de lo que vimos el año pasado. Drew Brees es uno de los mejores QBs de la liga y cuenta con uno de los más talentosos grupos de receptores, además de uno de los alas cerradas más explosivos en toda la NFL. Su grupo de corredores también es de lo mejor, y la línea ofensiva es solvente tanto para bloquear como para proteger. El problema puede ser a la defensiva. A la salida de Gregg Williams se espera haya algunos cambios, y con los jugadores suspendidos la incertidumbre sobre su actual estado está justificada, pero no los veo perdiendo la división o quedándose fuera de los playoffs.
Los Santos debieran ser una de las cartas fuertes en la Conferencia Nacional, y creo que estarán en la postemporada tras registrar 11 o 12 victorias en la temporada regular.
Julio Jones y Roddy White son una de las parejas de receptores más peligrosas en la NFL y tendrán un buen año. / Foto Especial |
La ofensiva tiene todos los elementos para convertirse en una de las más explosivas y peligrosas de la NFL, pero la línea ofensiva no parece estar a la altura del talento al que apoyan.
Matt Ryan ha ido madurando año tras año, y ahora que está más cómodo con el sistema ofensivo y cuenta con una explosiva pareja de receptores y uno de los alas cerrados más talentosos en la liga debiera tener un buen año, aunque necesitará sacudirse de encima el estigma de que es un QB que solo funciona de manera eficiente en un domo y eso solo lo conseguirá obteniendo victorias como visitante.
La defensiva parece el punto débil de este equipo y no sé si podrán mantener a raya a algunas de las ofensivas que enfrentarán, empezando por Nueva Orleans y Carolina, pero debieran ser mejores que el año pasado ahora que tienen a Mike Nolan como coordinador. Entre la cerrada división en que juegan y su calendario, creo que los Halcones debieran ganar diez partidos en temporada regular, quedando segundos en la división y peleando hasta el final por uno de los puestos como comodín en los playoffs.
Cam Newton debiera tener un segundo año al menos tan bueno como el que registró en su temporada de novato. / Foto: Especial |
Ron Rivera es un entrenador de mentalidad defensiva y sin duda es en ese sentido donde más ha trabajado, pero no me parece que cuente con el personal necesario para contener ataques como los de los Santos o Halcones, a quienes enfrenta en dos ocasiones. Aún a pesar de mostrar una mejoría, creo que su inhabilidad para frenar a sus oponentes es la que los mantendrá todavía un paso atrás en la búsqueda de llegar a los playoffs.
Creo que pensar en una temporada de nueve victorias es un objetivo alcanzable, y bien pudieran disputar a los Halcones el segundo puesto de la división hasta las últimas semanas de la temporada regular.
Josh Freeman tendrá más talento a su alrededor este año que el que lo acompañó en 2011 y debiera volver a lucir. / Foto: Especial |
Me parece que la defensiva seguirá siendo el talón de Aquiles de este equipo, situación imperdonable en una división como el Sur de la Nacional. Creo que finalizar la temporada con siete triunfos sería una digna forma de comenzar la era de Schiano al frente del equipo, representando una mejoría respecto a la temporada anterior y sentando las bases para seguir mejorando de cara al futuro.
En resumen, pese a todos sus problemas los Santos siguen siendo el equipo a vencer en la NFC Sur, Halcones y Panteras tiene ya ofensivas de primer nivel, pero hasta que no trabajen para mejorar seriamente sus defensivas tendrán que conformarse con pelear entre si por el segundo puesto en la división y el probable puesto de comodín que éste pudiese representar, en tanto que los Bucaneros tiene la vista puesta en el mediano plazo.
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