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El Equipo de Todos | Brasil 2014: El clásico "Jugamos como nunca...", y el no saber perder

Por Gerardo Cuéllar.
@GerardoTaker

El pasado domingo, la Selección Mexicana fue eliminada de la Copa del Mundo de Brasil 2014 tras caer por dos goles a uno ante la Selección de Holanda en uno de los duelos de los Octavos de Final del torneo para con ello ligar su sexta derrota en esa instancia e implantar un récord al ser el primer conjunto de la historia que cae en la misma fase durante seis Mundiales consecutivos.

Héctor Herrera fue uno de los jugadores más destacados del
Tri durante la Copa del Mundo en Brasil. / Foto: FIFA.com
La manera en la que el Tri cayó es para muchos la más dolorosa de todas. Más que las dos sufridas ante Argentina en Sudáfrica 2010 y Alemania 2006, ante Estados Unidos en Corea-Japón 2002, frente a Alemania en Francia 98 o contra Bulgaria en Estados Unidos 94.

Y es que el Tri tuvo en sus manos a la Selección Holandesa y estuvo a tres minutos de obtener un histórico pase a Cuartos de Final ante uno de los favoritos del torneo. Lamentablemente el cuadro mexicano no supo cerrar el encuentro, ni matar como históricamente le ha pasado, a uno de los grandes cuando tuvo oportunidad de hacerlo.

Seis minutos le bastaron a la Oranje para darle vuelta a un partido en el que a decir verdad fue superada por el equipo de Miguel Herrera. El gran mérito de Louis van Gaal y su equipo fue jugar como ellos saben en los minutos finales y nunca desesperarse ante un rival que vio muy cerca la orilla pero que cayó víctima de sus propios errores y de lo que dejaron de hacer.

Un disparo a quemarropa de Wesley Sneijder y un cobro penal bien ejecutado por Klaas-Jan Huntelaar bastaron para que al 88' y al 94', la Naranja Mecánica demostrara por qué es uno de los grandes a nivel internacional y le diera vuelta a un partido en el que parecían condenados a regresar a casa.

La forma en la que se dio esta derrota es lo que hace que sea más dolorosa para muchos y que de inmediato se haya buscado un culpable donde nisiquiera había que buscarlo. El silbante Pedro Proenca es señalado por la mayoría de los mexicanos -jugadores, periodistas y aficionados- como culpable de una eliminación de la que él no es responsable.

Para muchos, la acción de Rafael Márquez y Arjen Robben en la que el holandés cae dentro del área al 92' no es penal, pero hay un contacto y en el reglamento no existen faltas chicas, ni grandes. Es cierto que el holandés se deja caer, pero también lo es el que el capitán mexicano hizo contacto por lo que la acción pudo ser señalada o no como penal, aunque desde luego eso se presta a la polémica.

No obstante, el culpar al árbitro es deslindarse de responsabilidades. México jugó de una forma durante 70 minutos y posteriormente se tiró a la hamaca cediéndole el control del terreno y del esférico a un equipo de esos que no perdonan y que por ello son tan peligrosos.

Después de haber hecho un gran partido, el cuadro de Miguel Herrera falló en los últimos minutos y a causa de eso es que hoy están de regreso en nuestro país. Ni el portugués Pedro Proenca, ni la Selección de Holanda son culpables de que la Selección Mexicana haya dejado de hacer lo que tan bien había hecho durante el encuentro y en términos generales, durante toda la Copa del Mundo.

Culpar a otros de fallas propias es quitarle responsabilidad a nuestros errores y el hecho de culpar al árbitro por marcar un penal riguroso cuando aproximadamente una hora antes había dejado correr dos claras faltas (de Márquez y Moreno) en una misma jugada es un indicativo de la clásica memoria corta del mexicano llevada al extremo.

No olvidemos que ante Croacia, Rafael Márquez se ganó una tarjeta amarilla en una barrida por atrás en la que un árbitro más estricto podría haberlo expulsado. Pero no, nadie se quejó de esa acción, ni del penal sobre el propio Arjen Robben en la compensación del primer tiempo.

México tuvo en sus manos a la Naranja Mecánica y no supo matarlo cuando tuvo oportunidad de hacerlo. Lo que vino después sencillamente es lamentable por parte de un técnico y unos jugadores que con su accioanr superaron las expectativas hasta del más optimista aficionado del Tri. Los tweets y las declaraciones que culpan a Proenca sencillamente están de más.

El portugués Pedro Proenca se atrevió a marcar un penal al 92',
por lo que es señalado como culpable por el Tri.. / Foto: FIFA.com
En esta Copa del Mundo, la Selección aprendió a plantear cada encuentro de acuerdo al rival y que la forma en la que se llegó a la magna cita queda atrás una vez que se pisa terreno mundialista lo que sin duda es positivo, sin embargo ahora viene la parte complicada, el aprovechar ese aprendizaje para mejorar.

Y desde luego, como desde hace mucho tiempo, el Tri ya solo debe aprender a matar a sus rivales, a no buscar culpables y a ser un buen perdedor para entonces si, poder marchar con la cara en alto. El medio futbolístico en general debe aprender a perderle el miedo a la palabra 'Fracaso' y saber reconocer que si tu objetivo era jugar siete encuentros y no lo hiciste, fracasaste en la búsqueda de esa meta. Después de todo, para levantarse y para volar, primero hay que aprender a caer.

La trillada frase de "Jugamos como nunca y perdimos como siempre" tristemente queda una vez más a la medida de la Selección Mexicana, misma que hizo una gran Copa del Mundo y que deberá darle vuelta a la página sin buscar excusas o culpables.
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About Gerardo Taker

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.
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