@albion2112
La temporada 2013 de la NFL llegó a su fin el domingo con la celebración del Super Bowl XLVIII, en el cual los Seahawks de Seattle se coronaron como campeones al derrotar de forma categórica a los Broncos de Denver con marcador de 43-8, y estas son algunas reflexiones acerca del juego.
Las defensivas ganan campeonatos
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| La defensiva de los Seahawks sentó desde muy temprano el tono del juego y Seattle logró una victoria dominante. / Foto: Especial |
Al final resultó que no sólo los detuvieron, sino que los dominaron de manera absoluta de principio a fin. Pasarían veinte minutos de juego antes de que los Broncos consiguieran un primero y diez, y sólo consiguieron poner puntos en la pizarra en la última jugada del tercer cuarto, cuando ya todo estaba decidido. La extraordinaria actuación de esta defensiva es una de las mejores que hayamos visto, y ya se empieza a especular sobre si merece ser comparada con los Osos de 1985 o con los Cuervos del 2000.
Peyton Manning volvió a fallar en el juego grande
Otra de las discusiones que acapararon atención las últimas dos semanas fue la del legado de Peyton Manning. Tras una temporada llena de records a la ofensiva, muchos creían que esta era la oportunidad de Manning para acallar a sus críticos y establecer su legado como el mejor mariscal de campo de todos los tiempos, algo que lograría si llevaba a su equipo al campeonato, coronando una gran temporada. Pero la oportunidad pasó y Manning volvió a quedar corto ante las expectativas al dar su peor actuación de la temporada.
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| Peyton Manning tuvo su peor actuación de la temporada justo cuando su equipo necesitaba lo mejor de él. / Foto: Especial |
John Fox no estaba listo para Seattle
El entrenador en jefe de los Broncos nunca pudo responder a los retos planteados por los Seahawks, y sus cuestionables decisiones no hicieron más que complicar aun más las cosas para su equipo. Fox retó una jugada que no debió y sacrificó un tiempo fuera. La desesperación lo llevó a renunciar a poner puntos en el marcador antes del medio tiempo, y no supo realizar los ajustes necesarios en el descanso para intentar regresar en el partido. La cuestionable selección de jugadas puso en evidencia la falta de ejecución, y su equipo fue borrado del campo.
En su defensa hay que apuntar que los golpes recibidos por su equipo fueron asestados de maneras puntual. Encontrarse abajo en el marcador apenas transcurridos doce segundos es algo que altera cualquier plan de juego, y regresar del vestidor sólo para ver como en otros doce segundos uno de los jugadores más explosivos de la liga regresa una patada hasta la zona de anotación es algo que puede arruinar cualquier clase de ajustes realizados, pero eso no cambia el hecho de que Fox no supo manejar a su equipo.
Balance es el nombre del juego
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| La anotación de equipos especiales con que Seattle arrancó la segunda mitad fue el último clavo en el ataúd. / Foto: Especial |
Previo al encuentro se habló del choque entre la ofensiva número uno y la defensiva número uno en lo que a puntos se refiere, y se repasó la historia, que mostraba un dominio de cuatro a uno a favor de las defensivas en encuentros similares, pero poco se habló del balance que tenían los equipos con aquellas defensivas dominantes. La única vez que la mejor ofensiva se impuso a la mejor defensiva fue en el Super Bowl XXIV, cuando los 49ers de San Francisco derrotaron 55-10 a los Broncos de Denver, y aunque todos recuerdan el ataque comandado por Joe Montana, poco se habla de la buena defensiva que lo complementaba.
Tristemente para Denver, los Broncos volvieron a servir como ejemplo de los peligros de no tener el balance adecuado. En el Super Bowl XXIV tenían la mejor defensiva, pero su incapacidad de montar ataques consistentes los llevó a recibir la mayor cantidad de puntos en un juego de campeonato. En el Super Bowl XLVIII se presentaron como la mejor ofensiva de la historia, pero su defensiva fue incapaz de ayudarlos a mantenerse en la pelea.
Seattle y Denver: Futuros contrastantes
John Elway construyó en Denver un equipo pensado para ganar en el corto plazo, y éste tenía que haber sido su año. La agencia libre les costará al menos un par de jugadores para la próxima temporada, que bien podría ser su última ventana de oportunidad. En cambio, en Seattle se trabajó pensando en el futuro y en tener un equipo contendiente por varios años. John Schneider, su gerente general, trabajo lado a lado con Pete Carroll para construir un equipo, y los Seahawks serán un contendiente por varios años más.
Será interesante ver cómo manejan las cosas en Denver a partir de la próxima temporada, pues el éxito de equipos como los propios Seahawks o los 49ers de San Francisco parece marcar la pauta de lo que debiera hacer una franquicia que aspire a pelear por campeonatos por varios años. El experimento con Peyton Manning aun puede funcionar, pero incluso de conseguir un campeonato el próximo año, no ofrecerá ninguna respuesta a mediano o largo plazo, y eso es algo sobre lo que Pat Bowlen y John Elway deben meditar.
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