@albion2112
Las celebraciones del vigésimo aniversario de UFC concluyen este fin de semana con la celebración de la cartelera estelar de UFC 167, evento en el que el campeón de peso welter de la promoción, el canadiense Georges St-Pierre, defenderá su título ante Johny Hendricks.
Muchos creen que el poder de puños de Johny Hendricks será suficiente para destronar a Georges St-Pierre. / Foto: Especial |
Antes de incursionar en las MMA, Hendricks tuvo una exitosa carrera como luchador en la preparatoria y la universidad. Tres campeonatos estatales durante la preparatoria lo hicieron acreedor a una beca para enrolarse en la Universidad Estatal de Oklahoma, donde ganó los campeonatos nacionales de la NCAA División I en la categoría de 165 libras en 2005 y 2006, y alcanzó el segundo lugar en 2007, antes de su graduación. Al salir de la escuela se mudó a Las Vegas, donde empezó a entrenar en MMA, debutando ese mismo año. En 2008 se integró a las filas de WEC, donde ganó dos peleas.
En 2009 WEC desapareció sus categorías por arriba del peso ligero, y algunos de sus peleadores fueron firmados por UFC, entre ellos Hendricks. Desde su debut en la promoción, Big Rigg tiene una marca de 10-1, con cinco victorias por la vía del knockout y cinco más por decisión. Los peleadores a quienes ha mandado a dormir en UFC son Amir Sadollah, Charlie Brenneman, T.J. Waldburger, Jon Fitch y Martin Kampmann, siendo los dos últimos los más llamativos por tratarse de peleadores experimentados y de renombre. ¿El factor común? Ninguno de ellos es luchador.
El dominio de GSP en los welter se basa en su capacidad para adaptarse al estilo de cada uno de sus rivales. / Foto: Especial |
En cuanto a St-Pierre, hace mucho tiempo que todo mundo dejó de usar su sobrenombre, 'Rush'. Esto se debe a dos razones. La primera es que se convirtió en una estrella, un nombre fácil de reconocer y una marca sumamente redituable. La otra, que dejó de ser ese peleador hambriento de triunfo que salía a intentar finalizar sus combates lo mas rápido y de la manera más contundente posible. Y es de comprenderse, pues como campeón no tiene necesidad de tomar riesgos, por lo que acostumbra planear sus combates para frustrar a sus rivales y dominar las peleas durante veinticinco minutos.
Para muchos, ese es el gran riesgo que corre St-Pierre ante Hendricks, porque veinticinco minutos con él en el octágono representan más tiempo para que Big Rigg lo pueda cazar con su poderosa mano derecha, lo que hay que reconocer es un riesgo y un peligro latente. Pero si algo ha caracterizado a GSP en los últimos años, es la impecable estrategia con que ha enfrentado a cada uno de sus rivales, nulificando sus principales argumentos ofensivos y frustrándolos en camino a una victoria sólida, pero poco excitante, factor que sin duda tiene a muchos aficionados esperando el día en que finalmente caiga.
La esquina de St-Pierre es quizás la mejor en todas las MMA, y es difícil pensar que Firas Zahabi no ha planeado ya la mejor estrategia para nulificar el poder de puños de Hendricks. Cuando Condit hizo eso, la frustración del simpático barbón fue evidente, e incluso cuando decidió llevar la pelea al piso descubrió que su rival no era fácil de controlar. A diferencia de Condit, St-Pierre sí es un luchador de clase mundial, así que llevar la pelea a ese terreno podría resultar contraproducente para el retador, quien tendrá que hacer una pelea perfecta si quiere obtener el campeonato.
Personalmente creo que St-Pierre logrará una victoria más. Probablemente no será bonita o espectacular, pero eso ya no sorprende a nadie. Sin embargo, será interesante ver si el campeón hace algún anuncio después de la pelea, pues en los últimos días ha hecho referencia a sus 'grandes planes' para después de UFC 167, algo que tiene a muchos especulando que incluso podría tratarse del anuncio de su retiro. ¿Será ese el caso? El sábado por la noche lo averiguaremos.
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