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NFL - Diez para Anotar: El escándalo de bullying en los Delfines

Por Alberto Calvo.
@albion2112

Fue la semana pasada que el tacle ofensivo de segundo año de los Delfines de Miami, Jonathan Martin, abandonó las instalaciones del equipo después de que una aparente broma de uno de sus compañeros fue demasiado lejos, y después empezaron a surgir otros reportes alrededor de su situación.

Richie Incognito es el líder de la línea ofensiva de Miami, pero
lo que Martin recibió de él no fue liderazgo. / Foto: Especial
Según parece, Martin se había convertido en el blanco de una campaña de bullying de parte de algunos de sus compañeros, y la incómoda situación al interior del equipo le provocó un colapso nervioso. De manera oficial, el jugador declaró que no se sentía bien y simplemente quería pasar más tiempo al lado de su familia. Un nombre que comenzó a aparecer con cada vez mayor frecuencia en las notas y reportes fue el de Richie Incognito, veterano guardia del equipo, quien se encuentra en su novena temporada y es considerado como el líder de la línea ofensiva.

La historia tomó un giro inesperado esta semana, cuando Incognito fue informado por Joe Philbin, entrenador en jefe del equipo, que sería suspendido de manera indefinida mientras la NFL y la Asociación de Jugadores investigaban la situación de Martin y las circunstancias que llevaron a que abandonase al equipo. Cabe apuntar que conforme aparecían reportes apuntando a Incognito como la razón para la 'huída' de Martin, éste comentó que ahora menos pensaba en regresar, pues temía alguna clase de represalia del veterano.

Es de sobra conocido que los vestidores de la NFL no son un entorno amable y acogedor para los jugadores novatos. La tradicional novatada puede incluir el forzar a los novatos a realizar algunas tareas adicionales, como cargar las hombreras y cascos de los jugadores veteranos, o invitar a cenar a todos los miembros de su grupo o unidad, o cosas más simbólicas, como cortarse el pelo o pintárselo de colores. Usualmente el staff de entrenadores mantiene un ojo en la situación para evitar que ésta se salga de control, pero evidentemente ese no ha sido el caso en Miami.

Jonathan Martin ha dicho que no culpa de nada a Incognito,
pero de momento no piensa en volver a jugar. / Foto: Especial
La situación se complica por un tema racial. Incognito es blanco, pero su desempeño en los entrenamientos y en el campo de juego le han ganado el respeto de sus compañeros de color, quienes lo ven como un 'negro honorario'. Esto implica que él puede referirse a ellos de manera coloquial con palabras que de otro modo serían vistas como un insulto, sin que ninguno de sus compañeros se moleste al respecto. Martin es de raíces mixtas, y tiene ascendencia tanto blanca como de color, pero sus compañeros no lo consideran negro, y parte del bullying de Incognito parece haber ido en esa dirección.

La razón oficial para suspender a Incognito es que el jugador incurrió en conductas perjudiciales al equipo, lo que parece ser correcto de acuerdo a los reportes. Incognito ha declarado que él no siente haber hecho nada indebido, y espera que todo se resuelva para que él pueda volver a jugar. Sin embargo, han aparecido diferentes grabaciones de audio que parecen apuntar a que, al menos desde hace un par de años, los Delfines tienen un programa no oficial de intimidación hacia los novatos y jugadores jóvenes, dirigido a 'hacerlos más rudos'.

El Sun Sentinel, un diario de la Florida, publicó una nota donde cita dos fuentes anónimas al interior del equipo, las cuales afirman que Incognito fue instruido por algunos entrenadores del equipo para hacer algo que ayudase a 'endurecer' a Martin, pues algunos entrenadores lo consideraban demasiado blando. Independientemente de si esta información es confirmada o no, es evidente que hay un gran problema al interior de los delfines, y que éste no será resuelto con un puñado de multas o suspensiones de jugadores, y empieza con Joe Philbin.

Todo apunta a que Miami piensa usar a Incognito como chivo
expiatorio, pero la situación debe ser aclarada. / Foto: Especial
Tal como ocurriese hace un par de años con Sean Payton, o más sonadamente en la Universidad de Pennsylvania con los caso de acoso sexual, el entrenador en jefe es el máximo responsable de lo que pase al interior de su equipo. Si todo esto pasaba sin su conocimiento, algo estaba haciendo mal, y si ocurría con su consentimiento, entonces lo estaba haciendo peor aun. Los Delfines tienen marca de 4-4 y no dan muestras de ser consistentes, así que los malos resultados podrían proveer la excusa necesaria para cambiar de entrenador en jefe al final de la temporada sin mayores escándalos.

Una vez más se trata de un caso donde la naturaleza competitiva del deporte es utilizada como excusa para preservar algunos usos y costumbres que resultan inaceptables, por lo que habríamos de esperar que tanto la NFL como la NFLPA realicen una investigación a fondo para tratar de erradicar el problema en Miami y sentar un precedente que sirva como advertencia a otros equipos y entrenadores alrededor de la liga, pues de otro modo estos casos seguirán ocurriendo al menos hasta que haya una historia más seria que lamentar.
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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.
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