NFL - Diez para Anotar: Kansas City, la afición más ruidosa en el mundo

Por Alberto Calvo.
@albion2112

Previo al inicio de la temporada 2013 de la NFL, los Seahawks de Seattle realizaron una amplia campaña publicitaria para alentar a su afición a convertirse de manera oficial en el estadio abierto más ruidoso en el mundo, registrando el hecho en el libro de récords Guinness.

La peculiar acústica del CenturyLink Field lo convierte en el
estadio no techado más ruidoso en el mundo. / Foto: Especial

Los Seahawks se mudaron a su actual estadio, el CenturyLink Field (antes llamado Qwest Field y Seahawks Stadium) en el 2012, y con la mudanza nació el hito del duodécimo hombre. Por un afortunado accidente acústico, el nuevo estadio resultó ser más escandaloso que muchos domos y estadios cerrados, y el equipo pronto aprovechó esas condiciones para tomar ventaja sobre los equipos visitantes, y registrar el hecho en el libro Guinness era una manera de reconocer a su afición y el impacto que tiene en los juegos celebrados en su estadio.

La cita se fijó para el domingo 15 de septiembre, segunda semana de la temporada, cuando los Seahawks recibirían la visita de su principal rival de división, los 49ers de San Francisco. Philip Robertson, un adjudicador de Guiness, acudió al estadio ese día para realizar la medición y hacer el registro oficial del récord. La marca anterior era de 131.76 decibeles, y había sido registrado durante un partido de futbol soccer en Estambul, Turquía, en la Ali Sami Yen Sport Complex Turk Telekom Arena, y quedó atrás antes de la finalización del primer cuarto del juego contra los 49ers.

Cuando restaba 1:15 del cuarto inicial, Robertson registró una medición de 131.9 decibeles, estableciendo el nuevo récord. Sin embargo, más adelante en el juego se alcanzó la increíble medición de 136.6 decibeles, estableciendo una marca que parecía imposible de romper y asegurando el lugar de la afición de Seattle en el libro de récords. En esos momentos nadie esperaba que la satisfacción les iba a durar menos de un mes, o que el nuevo récord se lograría en un anticuado estadio abierto sin propiedades acústicas especiales como las que ayudan al CenturyLink Field.

Pocos escenarios albergan a una afición tan fiel y entregada como
el Arrowhead Stadium cuando juegan los Jefes. / Foto: Especial

Durante el último cuarto del partido entre Raiders de Oakland y Jefes de Kansas City el pasado 13 de octubre, en el Arrowhead Stadium, la fiel afición que llena de rojo las gradas del tradicional estadio registró una increíble marca de 137.5 decibeles, dejando atrás el efímero récord del Duodécimo Hombre de Seattle. El mismo Philip Robertson fue el encargado de realizar la medición, y se dijo sorprendido, considerando que será muy díficil que ese récord sea roto en cualquier otra parte del mundo.

Personalmente me agrada mucho que el récord quede en posesión de la afición de los Jefes, pues se trata de una de las sedes más fieles en la NFL, y es un gusto ver el espectácula que presenta un estadio completamente vestido de rojo cada dos semanas para apoyar a su equipo. No encuentro el mismo mérito en Seattle precisamente por la acústica del CenturyLink Field, pues es muy probable que de tratarse de una construcción diferente el ruido generado por la afición sería menor al que se da de manera habitual en ese escenario.

Aun así, Seattle lo intentará de nuevo. El próximo 2 de diciembre, cuando reciban a los Santos de Nueva Orleans, tendrán presente otra vez al adjudicador de Guinness. De lograrlo, seguramente veremos un duelo constante entre esas dos ciudades, pero yo pondría un asterisco a la marca de Seattle por las características del estadio. A fin de cuentas, podríamos decir que el CenturyLink Field en la ciudad de Seattle es el estadio más ruidoso del mundo, pero que cuando se trata de una afición capaz de generar escándalo, nadie supera a la de Kansas City al interior del Arrowhead Stadium.

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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.