@albion2112
La lección más importante que nos dejó UFC 165, es que, después de todo, Jon Jones es un humano, y por lo tanto no es invencible, pues Alexander Gustafsson estuvo muy cerca de arrebatarle el campeonato en la que puede ser La Pelea del Año.
Jon Jones tuvo la pelea más difícil de su aun joven carrera, pero supo sobreponerse a la adversidad y retener su título. / Foto: UFC |
El combate fue tan cerrado que incluso se pueden leer toda clase de opiniones y comentarios en redes sociales de aficionados que consideran que Gustafsson fue despojado. Personalmente me tocó escuchar un "le dieron una golpiza a Jones y aún así le dejaron su campeonato", aunque claro, se trató de una opinión vertida por alguien que ha pasado los últimos dos años diciendo lo poco que le simpatiza Jones y como le gustaría que finalmente apareciese alguien que pudiera derrotarlo. Lo cierto es que los jueces podrían haber inclinado la balanza a favor de cualquiera de los dos.
Personalmente coincido con la apreciación de los jueces que calificaron el combate con un 48-47 a favor de Jones, y tras echar un vistazo a las estadísticas de FightMetric round por round, así como a los totales, sigo convencido de que el resultado fue justo. El retador declaró más tarde que estaba orgulloso de su desempeño, pero que era consciente de que lo que había hecho no había sido lo suficiente como para poder arrebatarle el campeonato a Jones, quien con seis defensas consecutivas se convierte en el campeón semicompleto más exitoso en la historia de UFC.
El sueco hizo una gran pelea, pero al final no fue suficiente para convertirse en el nuevo campeón de UFC. / Foto: Especial |
La estatura de Gustafsson fue importante, no por ponerlos en igualdad de condiciones, si no por impedir que Jones dictase el ritmo del combate en base a controlar la distancia. De hecho, el estilo de pelea de Gustafsson ignora por completo la ventaja que su tamaño le da sobre la mayoría de los peleadores en su división, prefiriendo establecer un boxeo interior e intercambiar golpes, algo que intentó con Jones con resultados mixtos, sobre todo en los primeros dos asaltos del combate. En el cuarto round pagó el precio y estuvo cerca de ser finalizado, pero mostró un gran corazón y aguantó hasta el final.
Lo que vimos fue tal vez la mejor pelea del año, y ya se baraja la posibilidad de una revancha, en la cual sólo se podría interponer el hecho de que ya se le había prometido una oportunidad por el campeonato a Glover Teixeira. La decisión está en manos de UFC, claro, pero me sorprendería mucho que no aprovecharan el momento para explotar con una revancha lo que es el combate más espectacular y comentado en mucho tiempo. Por lo pronto, de lo que estoy seguro es de que esta pelea dejó enseñanzas a ambos que los harán mejores peleadores de cara al futuro.
De hecho, me atrevería a pronosticar que, en caso de darse una revancha y de que Alexander Gustafsson vuelva a quedarse corto, el carismático peleador sueco buscase probar suerte en peso completo, división donde enfrentaría a rivales del tamaño adecuado para desarrollar la clase de combate que parece preferir, y donde quizás los únicos peleadores capaces de enfrentarlo al tu por tu en el aspecto técnico sean Junior dos Santos y Cain Velasquez. Pero eso es algo que sólo el tiempo nos dirá si se convierte en una realidad.
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