NFL - Diez para Anotar: La debacle de los Acereros

Por Alberto Calvo.
@albion2112

En mi previo de la AFC Norte para la temporada 2013 de la NFL, mencioné que los Acereros eran un equipo en problemas, y después de lo ocurrido en la semana 1, con su derrota 16-9 a manos de los titanes de Tennessee, creo que es un hecho que sufrirán bastante a lo largo del año.

Isaac Redman no pudo con el paquete y fue una de las razones
de que el ataque acerero no caminase el domingo. / Foto: Especial

Lo más preocupante de la derrota del domingo, independientemente del hecho de que se dio jugando en casa, es la forma en que se dio. La ofensiva nunca pudo establecer su ritmo, ni por tierra ni por aire, Isaac Redman dejó en claro que el puesto de corredor titular le quedó grande, y Ben Roethlisberger nunca tuvo la oportunidad de buscar a sus receptores. 32 yardas por tierra y 195 yardas totales son números que es difícil asociar con una ofensiva como la de Pittsburgh, pero eso fue justamente lo que consiguieron el domingo. Cinco capturas y dos balones perdidos redondean el negro panorama.

Se rumora que el equipo va a firmar a Jonathan Dwyer, corredor a quien cortaron unos días antes del inicio de la temporada, con el fin de que de soporte a Redman. Dwyer tiene la ventaja de que está familiarizado con el sistema y con el libro de jugadas, pero su presencia en el backfield de los Acereros no garantiza que las cosas vayan a funcionar mejor. Digo, existe una razón para haber prescindido de sus servicios. Como quiera que sea, su presencia debiera permitir al equipo opciones, quizás un cambio de ritmo y, sobre todo, incentivar a Redman para mejorar su desempeño.

Problema aparte es la defensiva. Si bien es cierto que la unidad dirigida por Dick LeBeau hizo un buen trabajo manteniendo el juego al alcance, la verdad es que no luce como la dominante fuerza roba-balones que era hace unos años. Los Titanes sólo consiguieron 229 yardas totales, y sus 16 puntos fueron producto de 3 goles de campo y apenas un touchdown. No son malas estadísticvas para la defensa de Pittsburgh, pero si el ataque no funciona es claro que tendrán que hacer algo más, sobre todo en lo que respecta a robar balones.

Había dudas sobre el valor de Pouncey como centro titular, pero
es un hecho que era la mejor opción en el plantel. / Foto: Especial

Baste recordar que en la temporada 2010, cuando fueron al Super Bowl y se coronaron campeones, los Acereros provocaron 35 pérdidas de balón en los 36 juegos de la temporada regular. Desde entonces han conseguido otros 35, pero en un total de 33 partidos, lo que resulta inaceptable en un equipo cuyo ataque requerirá toda la ayuda que pueda conseguir. Troy Polamalu realizó un par de buenas jugadas a la defensiva, pero es un hecho que ya no representa la amenaza que era en el centro del campo, desviando pases, interceptándolos, o provocando balones sueltos en campo abierto con su agresivo estilo para taclear.

Para complicar más las cosas, perdieron por lesión a dos piezas importantes del equipo, el centro Maurkice Pouncey, y el linebacker interior Larry Foote. Pouncey sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior y una distención del ligamento cruzado medio cuando uno de sus compañeros falló un bloqueo y cayó encima de su pierna derecha, en tanto que Foote se desgarró el bíceps del brazo derecho, y ambos jugadores se perderán el resto de la temporada, dejando al equipo en falta de dos titulares sin remplazo claro dentro del plantel.

Sin duda hay cosas que se pueden corregir conforme pasen las semanas, pero es un hecho que la temporada de los Acereros será complicada y llena de frustraciones. La defensiva tiene la capacidad de mantener los juegos bajos en anotaciones, pero si la ofensiva no produce, de nada servirá perder por poco. Tal vez sea hora de que los Rooney piensen que es tiempo de ir pensando en el futuro, porque el presente simplemente luce desolador.

Share on Google Plus

About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.