@albion2112
Los Patriotas de Nueva Inglaterra pintaban como el equipo a vencer en la Conferencia Americana y como el favorito para imponerse en el Super Bowl sin importar a quien enfrentasen, pero una mala tarde jugando en casa puso fin a su temporada un juego antes del Super Domingo.
Tom Brady y Bill Bellichick pasarán a la historia como una de las combinaciones más exitosas en la NFL. / Foto: Especial |
Y sin embargo, en los últimos años se han quedado cortos en su objetivo. Pocos equipos resultan tan eficientes y exitosos en temporada regular, pero llegando a los playoffs el panorama se complica y por alguna razón no pueden seguir siendo efectivos. La posibilidad de una campaña perfecta se acabó con una última serie ofensiva de los Gigantes, mismo equipo que el año pasado volvió a hallar la manera de superar a los pupilos de Bellichick, propinándoles su segunda derrota en un Super Bowl.
La derrota de este domingo llama la atención porque diera la impresión de que, más allá de los méritos de los Cuervos y su estaff de entrenadores, fueron los propios Patriotas quienes fraguaron su derrota. La ofensiva más productiva de la NFL tardó varios minutos en encontrar su ritmo, e incluso cuando lo hizo hubo demasiados errores poco característicos en este equipo. Pases fáciles que los receptores dejaron caer, malos pases de Brady, una errática e inconsistente protección en la línea ofensiva, etc.
Parece que los días de Wes Welker como el receptor favorito de Tom Brady en los Pats han llegado a su fin. / Foto: Especial |
Hace un par de días leía en algunos sitios que hay quienes piensan que tal vez es hora de que Bill Bellichick se haga a un lado, pero no es una opinión con la que yo esté de acuerdo. El éxito de su programa no se puede negar, y el hecho de que sea capaz de sacarle producción a jugadores considerados como demasiado conflictivos o de plano acabados es muestra de que su sistema es efectivo. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que sea necesario.
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