Esta debe ser la semana más extraña en la historia de UFC, pues la cantidad de noticias y cambios que se han dado en las últimas cuarenta y ocho horas tienen confundidos a peleadores, medios y aficionados por igual.
El gran atractivo de UFC 151 era la pelea entre Jon Jones y Dan Henderson, y sin ella el evento se vino abajo. / Foto: Especial |
Sin embargo, el miércoles por la mañana se difundió la noticia de que Henderson había sufrido una lesión en el ligamento intermedio cruzado de la rodilla derecha y tendría que retirarse del cartel, dejando a Jones sin retador a menos de diez días de la realización del evento.
Dana White, Joe Silva, Lorenzo Fertitta, y quienquiera que esté involucrado en la toma de decisiones de la UFC, intentaron salvar la función al ofrecer a Lyoto Machida la oportunidad de hacer efectiva su opción a pelear por el título semi-completo ante Jones que le fuese prometida tras su victoria sobre Ryan Bader el pasado 4 de agosto. Y precisamente ese es el problema, pues Machida consideró que necesitaba más tiempo para prepararse adecuadamente para una pelea de campeonato.
Todo apunta a que la organización se dirigió entonces a Shogun Rua, otro de los peleadores en la lista de contendientes de la división, pero éste habría declinado la pelea exactamente por las mismas razones que Machida. White ofreció entonces la pelea a Chael Sonnen, quien recientemente anunció su incursión en la división tras fallar en dos ocasiones en su intento de arrebatar a Anderson Silva el campeonato de peso medio.
Jon Jones decidió no aceptar una pelea con cambio de rival en tan poco tiempo y peleará hasta UFC 152. / Foto: Especial |
Esto dejó a White y UFC sin una pelea fuerte en el cartel, por lo que tomaron la decisión de cancelar el evento. El mismo miércoles White hizo el anuncio oficial de la cancelación del evento y anunció que Jones defendería su título en UFC 152, a celebrarse el próximo 22 de septiembre, y que su retador sería Lyoto Machida. White aprovechó además para agredir verbalmente tanto a Jones como a su entrenador, Greg Jackson, a quienes responsabilizó por la cancelación de UFC 151.
Pero la cosa no quedó ahí. Resulta que Lyoto tampoco aceptó pelear en esa fecha, pese a que White afirmaba que ya había acuerdos verbales y solo faltaba firmar el contrato. Incluso UFC comenzó a distribuir en línea un nuevo poster para UFC 152 donde aparecia "Jones vs Machida II" como evento principal. Pero la pelea se vino abajo y ahora será el veterano Vitor Belfort quien enfrente a Jones el próximo 22 de septiembre.
La negativa de Lyoto Machida a pelear el 22 de septiembre le costará la posición de contendiente número 1. / Foto: Especial |
La decisión de cancelar el evento en vez de recorrer las peleas o tratar de agregar una más parece confirmar que ni la empresa confía en la profundidad de su cartel.
Llama la atención la insistencia de White en culpar a Jones y Jackson de que el evento se viniese abajo. Más aún si la cancelación del evento parece demostrar que UFC ha llegado a la zona de confort que el propio White ha criticado en muchas ocasiones al boxeo: las carteleras de una sola pelea. Una pelea de campeonato o entre dos figuras que termina cargando con el peso de todo el cartel, la clase de pelea cuya desapariciónhace impensable la realización del evento.
Chael Sonnen puede haber visto pasar su última oportunidad de disputar un campeonato dentro de la UFC. / Foto: Especial |
La opinión general es que muy difícilmente Sonnen volverá a tener la oportunidad de disputar algún campeonato en la UFC. Sus dos derrotas ante Anderson Silva lo mandaron al final de la lista de contendientes en la división de peso medio, y sin duda esa fue una de las razones para buscar nuevos aires entre los semi-completos. El problema es que se trata de una división más rica en talento, y donde se antoja complicado que a sus treinta y cinco años tenga el tiempo para escalar posiciones en busca de un título.
Su única oportunidad era conseguir la pelea gracias a su boca y al inteligente y abusivo uso que hace de los medios, y gracias a la mala planeación de UFC estuvo a punto de conseguir su objetivo. Si a alguien le queda alguna duda acerca de que haya sido visto todo el tiempo como un recurso de último momento, basta con checar la declaración que Jon Jones realizó ayer en una entrevista para el sitio MMA Junkie:
Dan Henderson se lastimó y nuestra pelea fue cancelada. Tan difícil como resulta lidiar con todo lo que ha pasado, no sentí que tuviera suficiente tiempo para prepararme física y mentalmente para una pelea con un nuevo oponente. Simplemente no sentí que tuviese tiempo suficiente para prepararme apropiadamente y ofrecer mi mejor rendimiento. Si Chael Sonnen se merece una oportunidad por el título o no no me toca a mi decidirlo. Pero si quiere pelear conmigo el 22 de septiembre, no tengo problema alguno.
Vitor Belfort parece haber sido el único ganador en medio de la debacle del UFC 151 y peleará por el título. / Foto: Especial |
Belfort viene de dos victorias consecutivas por knockout, una en peso medio y la otra en un peso pactado a medio camino entre medio y semi-completo, así que no tendrá una transición tan difícil.
Si existe algún culpable de la cancelación de UFC 151, les puedo asegurar que no se trata de Jon Jones o ninguno otro de los peleadores involucrados, ni tampoco de sus entrenadores o representantes. La culpa, en todo caso, debe caer sobre sobre los hombros de Dana White y compañía, quienes en un afán de maximizar sus ganancias han agotado la profundidad de la empresa al armar más eventos al año de los que serían recomendables para asegurar un buen nivel de calidad.
Los veinte peleadores que se han quedado sin el cheque que recibirían por su participación en UFC 151 no tienen nada que reclamarle a Jones o a Greg Jackson, pues no es con ellos con quienes firmaron un contrato. Lo que necesitan hacer es evaluar el trato que reciben de parte de la empresa, y tratar de entender porque su jefe y empleador consideró que sus diez peleas no valían la pena si no eran seguidas de otra defensa de campeonato de Jon Jones.
Dana White debe asumir la responsabilidad por la cancelación y dejar de buscar culpables donde no los hay. / Foto: Especial |
Lo único que el Presidente de UFC está intentando, es crear una cortina de humo que impida que las miradas acusadoras de los fans lo encuentren a él, quien a fin de cuentas fue quien decidió que la función sin Jones no tenía sentido.
Ojalá que el incidente sirva para que se corrijan los vicios en que la organización estaba incurriendo, pues sería una pena que tras lo mucho que han avanzado para integrar las artes marciales mixtas a la cultura mainstream, su avaricia eche todo por tierra antes de terminar de despegar.
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