Terrell Owens, el veterano y siempre controvertido receptor abierto que tantos dolores de cabeza ha causado en todos los equipos de la NFL en que ha militado, fue cortado este domingo por los Seahawks de Seattle.
Las esperanzas de T.O. de volver a ocupar un lugar relevante en la NFL terminaron con su salida de Seattle. / Foto: Especial |
Ya no soy un Seahawk. AGRADEZCO a la organización la oportunidad y me siento auténticamente bendecido. Mi FE está intacta y no cejará.Algunas horas más tarde el equipo confirmó que el contrato de Owens había sido liquidado, y cuando Pete Carroll, el entrenador en jefe, se dirigió a la prensa, comentó "Terrell se esforzó al máximo y es un jugador que aporta habilidades únicas, pero consideramos que lo mejor es quedarnos con los tipos que tenemos".
De acuerdo con reportes de la prensa local, la personalidad de Owens estaba provocando en el campo de entrenamiento de los Seahawks la misma clase de problemas que lo persiguieron toda su carrera. Cuando era más joven y productivo, los entrenadores solían soportar sus desplantes a cambio de tenerlo en el campo de juego cada domingo, pero a los 38 años y con su mejor desempeño ya una cosa del pasado, las cosas han cambiado y la paciencia que se le tiene es más corta.
Los Seahawks firmaron en los últimos meses, además de Owens, a Sidney Rice y Braylon Edwards en busca de un veterano que pudiese complementar a su joven grupo de receptores. Rice está lesionado, pero se espera esté listo para regresar al emparrillado en las primeras semanas de la temporada, mientras que Edwards se ha mostrado más productivo y menos problemático que Owens durante los entrenamientos del equipo.
Owens inició su carrera en la NFL jugando para los 49ers, pero desde entonces mostró problemas de actitud. / Foto: Especial |
Owens jugó quince años en la NFL, militando en cinco equipos. Seleccionado en el draft de 1996 por los 49ers de San Francisco, T.O. jugó en la bahía por ocho temporadas antes de convertirse en un problema imposible de contener. De ahí pasó a las Águilas de Filadelfia, donde su personalidad terminó por ocasionar una ruptura con Donovan McNabb y su eventual salida del equipo tras solo dos temporadas. Siguieron tres productivos pero tormentosos años con los Vaqueros de Dallas antes de pasar un año con los Bills y uno más con los Bengalíes de Cincinnati. La temporada 2011 no participó en la NFL, y tras una serie de conflictos personales se enroló en un equipo de la liga de Football Arena.
Su relación con Tony Romo durante su estancia en Dallas fue una historia de amor/odio. / Foto: Especial |
Sin duda esta semana lo veremos de manera frecuente en las noticias antes de que su historia se enfríe y pierda notoriedad. Después tendremos un inusual periodo de silencio mientras poco a poco los medios se olvidan de él, pero les puedo garantizar que en cuanto empiecen a circular las boletas para el Salón de la Fama, volverá a convertirse en el centro de atención, tal y como le ha gustado que ocurra desde su llegada a la NFL.
Un grande se va del deporte, aún si tristemente se le recordará más por sus problemas de personalidad y conducta que por su talento y habilidad en el terreno de juego.
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