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NBA: ¿Cuál es el problema de Miami y cómo resolverlo?

Por Alberto Calvo
@albion2112 

Tal parece que una vez concluídas Las Finales 2014 de la NBA y la coronación de los Spurs de San Antonio al arrollar en cinco juegos al Heat de Miami, el tema favorito de discusión alrededor de la NBA es el futuro de Miami, cuestionando la viabilidad de seguir manteniendo el modelo construído alrededor de sus tres estrellas, y la verdad es que se trata de un tema con varios aspectos interesantes.

Los 'Tres Grandes' del Heat de Miami lograron dos campeonatos en
cuatro años, pero ante los Spurs fueron nulificados. / Foto: Especial
Si bien me parece una falacia el considerar que exista una fórmula única para construir un equipo competitivo y capaz de ganar campeonatos en la NBA, creo que si hay varios aspectos en los que Miami podría mejorar a fin de mantenerse como un equipo competitivo, y sin duda en los próximos meses Pat Riley dedicará tiempo a trabajar en ello.

Lo primero que necesita atender, sin duda, son las finanzas del equipo. Para la temporada 2014-2015, LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh ganarán, entre los tres, poco más de sesenta y un millones de dólares, lo que representa más del setenta por ciento de la nómina del Heat, lo que deja un escueto margen de maniobra para rodearlos del talento necesario.

Chris Andersen fue una gran adición al equipo, proporcionando la presencia en la pintura que Udonis Haslem dejó de ser, y Ray Allen les dio la amenaza externa y experiencia que necesitaban para redondear el plantel, pero el resto del equipo dejó mucho que desear. Mario Chalmers colapsó y Norris Cole nunca pudo asumir el papel de guardia armador. Haslem, Shane Battier y Greg Oden no aportan nada viniendo de la banca, y dado que ninguno de ellos tiene contrato es muy probable que no regresen para la próxima temporada. Rashard Lewis ha sido intermitente, y podría ayudar, pero será agente libre, al igual que Andersen y Allen, lo que debe ser preocupante si se quiere tener continuidad.

Mucho se habla de la posibilidad de que LeBron James pudiera optar por renunciar al resto de su contrato para buscar un nuevo equipo, pero se trata de una proposición irreal porque no hay equipos competitivos y con aspiraciones que pudieran absorber su salario. También se ha especulado sobre la posibilidad de llevar a Carmelo Anthony para reforzar al equipo, pero para ello tendrían que renegociar los tratos de sus tres super-estrellas a fin de hacer espacio en la nómina, y seguirían con el problema de no tener personal de soporte.

Duncan, Parker y Ginobili son ejemplo de que se puede tener 3
estrellas sin renunciar a un plantel competitivo. / Foto: Especial
Basta echar un vistazo a la estructura de los Spurs para ver que existe una forma más inteligente de construir un equipo competitivo. San Antonio tiene tres grandes estrellas en su roster, Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginobili, pero sus salarios combinados rondan apenas el cincuenta y dos por ciento de la nómina de los Spurs, permitiendo a RC Buford, gerente del equipo, buscar el personal adecuado para complementar a esas estrellas.

Danny Green, Kawhi Leonard, Boris Diaw, Thiago Splitter, Patty Mills y Marco Belinelli son algunos de los jugadores que permiten al coach Gregg Popovich una sólida rotación de banca, y rara vez vemos jugar más de treinta minutos a alguno de sus jugadores, evitando que acumulen fatiga y desgaste a lo largo de la temporada.

Quien dude que la fatiga se acumula en esos ochenta y dos partidos antes de llegar a los playoffs sólo tiene que recordar el episodio de calambres que sufrió LeBron en el juego uno de las finales, o los múltiples problemas de lesiones que Wade sufrió a lo largo de la temporada y que sin duda le impidieron llegar a las Finales en un estado físico óptimo y competitivo. Y está el tema de la edad, que también puede ser factor en su cada vez más bajo rendimiento, lo que haría necesario evaluar si el veterano guardia de 33 años de edad todavía vale lo que le está costando al equipo.

Durante Las Finales, LeBron promedió 28.2 puntos, 7.8 rebotes, 4. asistencias y 2 robos, con porcentajes de efectividad de 57.1 en tiros de campo, 51.9 en tiros de tres puntos, y 79.3 en tiros libres. Esas son la clase de cifras que uno espera de un jugador estrella. En cambio, Dwayne Wade tuvo 15.2 puntos, 3.8 rebotes y 2.6 asistencias por partido, encestando el 43.8% de sus tiros de campo y el 69.2% de sus tiros libres. Bosh anotó dieciocho puntos en cada uno de los dos primeros encuentros, pero en los restantes tres partidos promedió apenas 11.3 puntos y 4.7 rebotes. Y ni hablar de su falta de trabajo a la defensiva.

Por atractivo que suene, llevar una cuarta estrella, como Carmelo
Anthony, no resolvería los problemas del Heat. / Foto: Especial
El sistema de tres estrellas puede funcionar, pero es imperativo asegurar que se trate de jugadores que puedan jugar al más alto nivel de manera consistente, y rodearlos de jugadores que permitan ser competitivos sin caer en una dependencia excesiva del trabajo de ese trío. Volviendo a la comparación, Wade, Bosh y James anotan el 61% de los puntos del Heat en temporada regular y el 62 en playoffs.

Duncan, Parker y Ginobili aportan el 42% de los puntos de San Antonio en temporada regular, y el 45% en los playoffs. Y esa falta de balance es toda la diferencia entre estas dos franquicias. Los Spurs hicieron casi 320 pases por partido, y ese flujo de balón permite hallar un hombre libre en un sistema diseñado para que cualquiera pueda tirar al aro, a diferencia del predecible ataque de Miami.

Para concluir, creo que el problema del Heat no es tener un equipo con tres grandes estrellas, sino el depender excesivamente de ellos, con todos los riesgos que implica el no tener un plan B en caso de que una o dos de sus estrellas no puedan producir todo el tiempo de manera consistente. El Heat puede seguir siendo un equipo competitivo y ganador conservando su tridente estelar, pero es imperativo que Pat Riley los rodee con el personal de soporte adecuado.

Los Spurs dieron una muestra de lo importante que puede ser el juego de conjunto, y esa debiera ser la base para armar un equipo, más allá de la filosofía con que se arme cada plantel. Ojalá que otros equipos sepan seguir ese ejemplo.
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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.
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