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NBA: 50 años de la noche histórica de Wilt Chamberlain

Por Alberto Calvo.

El 2 de marzo de 1962 es una fecha marcada con letras de oro en el libro de récords del basquetbol profesional y en la historia de la NBA. Ese día Wilt Chamberlain, entonces centro de los Warriors de Filadelfia, estableció la marca de más puntos anotados en un partido por un solo jugador, al conseguir 100 en un partido ante los Knicks de Nueva York.

La foto más famosa de esa noche se debe a la presencia de un
fotógrafo profesional que fue como espectador. / Foto: Especial
Chamberlain se encontraba en su tercera temporada como profesional en la NBA, y estaba convertido en uno de los jugadores más dominantes de la liga. Sus 2.16 m de estatura lo convertían en el segundo jugador más alto de la liga, pero eran su fortaleza y atleticismo lo que hacía de su dominio en la zona circundante a la canasta algo apabullante, tanto al ataque como en la defensa.

Antes del histórico juego en Hershey, Pensilvania, Chamberlain acumulaba ya en su carrera quince juegos con sesenta puntos o más, tres de ellos conseguidos la semana anterior.

En la temporada acumulaba ya más de 3700 puntos, siendo el único jugador hasta ese entonces en haber rebasado los 3000. Apenas un par de meses antes había roto el record de puntos en un partido, al aprovechar un triple tiempo extra contra los Lakers para anotar 78 puntos y dejar atrás la marca de Elgin Baylor, que era de 71.

Cabe señalar que en 1962 la NBA era una liga muy diferente a la que conocemos en la actualidad, pues contaba con solo nueve equipos, la gran mayoría de los cuales jugaba en las grandes ciudades de la Costa Este. Tras poco más de diez años de promover la integración racial, solo había 37 jugadores negros en activo, y la popularidad de la liga dejaba mucho que desear. Los ratings televisivos eran muy pobres, sobre todo en comparación con el basquetbol colegial, razón por la que era difícil que se transmitieran juegos de temporada regular.

En 1962 Wilt Chamberlain era uno de solo 37
jugadores negros en la NBA. / Foto: Especial
El histórico partido fue atestiguado por poco más de cuatro mil personas, lo que resulta comprensible si consideramos que se trataba de un partido intrascendente jugado en una sede alternativa a casi 140 kilómetros de Filadelfia. Esto obedecía a una iniciativa de la liga de celebrar juegos en ciudades pequeñas con la idea de atraer más público hacia el deporte, pero faltando apenas cinco juegos para finalizar la temporada, con los Knicks en la última posición y los Warriors en segundo puesto pero sin posibilidades de alcanzar a los Celtics, no había mucho en disputa.

Nueva York no acreditó a un solo periodista para cubrir el juego, y el encargado de prensa de los Warriors fungió como corresponsal para los principales diarios de Filadelfia, además de que había solo dos fotógrafos en la Hersheypark Arena esa noche. No hay ningún video, y solo existe una grabación de los últimos minutos del cuarto periodo, además de una cantidad bastante limitada de fotos del partido.

Como era de esperarse, los Warriors tomaron ventaja rápidamente, arrancando el juego 19-3 con 13 puntos de Chamberlain. El primer periodo terminó con marcador de 42-26, y para entonces el dominante centro de Filadelfia sumaba ya 23 puntos, y para cuando llegaron al medio tiempo acumulaba ya 41 de los 79 de su equipo, que se fue al descanso con ventaja de once, pero como frecuentemente rebasaba los 30 puntos al medio esto no pareció irregular.

La escasez de material de prensa del juego ayudó
a establecerlo como legendario. / Foto: Especial
Supuestamente fue en los vestidores que Guy Rodgers, uno de sus compañeros, sugirió al entrenador McGuire alimentar de balones a Chamberlain para ver que tantos puntos podía anotar, y éste estuvo de acuerdo. Para el segundo medio esa fue la estrategia, y al finalizar el tercer periodo la cuenta de Chamberlain ascendía ya a 69 puntos y 20 rebotes. Para ese momento la estrategia de los Warriors era clara, pero los Knicks no podían detener al poderoso centro.

Normalmente era una buena decisión estratégica el cometerle faltas a Chamberlain en vez de dejarlo atacar libremente el aro, pues la parte más floja de su juego eran los tiros libres. Sin embargo, esa noche era diferente. Al terminar el tercer periodo Chamberlain acumulaba ya 21 puntos desde la línea, habiendo fallado solo uno de sus tiros de castigo. Hora de intentar algo diferente. En vez de darle las faltas a él, comenzaron a cometerlas sobre el resto de los Warriors, pensando que de ese modo limitarían sus oportunidades de encestar.

La respuesta del entrenador McGuire fue responder con la misma moneda, mandando a la duela a sus suplentes y cometiendo faltas constantes a los Knicks con la idea de congelar el reloj y permitir a su estrella recuperar los rebotes y acumular posesiones. La estrategia funcionó y entre tiros libres y de campo Chamberlain siguió sumando, logrando un nivel de emoción inesperado en las tribunas y provocando que la gente comenzara a corear su nombre y a gritar "¡cien, cien!".

Quedaban poco menos de dos minutos cuando Chamberlain alcanzó los 98, y entonces se puso dramática su búsqueda al fallar dos tiros relativamente fáciles de manera consecutiva. Finalmente, faltando 46 segundos para la finalización del juego, el estelar de los Warriors recibió un pase bajo la canasta y la sumió con su distintivo movimiento a dos manos conocido entre los aficionados como un Dip Dunk para obtener la histórica cifra. Un grupo de aficionados invadió la cancha para celebrar y pasaron varios minutos antes de que se restableciera el orden y el juego se pudiese reanudar.

Placa conmemorativa de la hazaña ubicada en un parque cercano
a donde estuvo la arena donde la consiguió. / Foto: Especial
Esos últimos segundos Chamberlain los pasó casi estático en la mitad de la duela, y cuando más tarde se le cuestionó sobre por qué no intentó anotar más, respondió sonriendo "100 suena mejor que 102". Al final del juego sumó 25 rebotes y rompió también el récord de tiros libres conseguidos en un solo juego, rebasando la marca anterior, de 24, al encestar 28 de sus 32 intentos.

Chamberlain acabaría la temporada con promedio de 50 puntos por partido, y se convertiría también en el primer y único jugador en rebasar los 4000 puntos en una temporada.

Sin duda se trata de marcas que jamás caerán, pues la evolución del juego lo ha hecho mucho más parejo y competitivo, y es normal que los equipos completos no alcancen los 100 puntos en un partido. Quien más se ha acercado a la mítica marca fue Kobe Bryant, quien en un juego contra los Raptors de Toronto en 2006 alcanzó los 81 puntos, mientras que nadie se ha acercado a los 4000 puntos en una temporada, siendo Michael Jordan el único otro jugador que ha podido rebasar los 3000.
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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.
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