@albion2112
Este sábado 22 de febrero, el Mandalay Bay Events Center de Las Vegas, Nevada, será el escenario para UFC 170, evento cuyo cartel es encabezado por la pelea entre Ronda Rousey y Sara McMann, donde Ronda buscará concretar la tercera defensa del campeonato femenil gallo de UFC.
Sara McMann es una decorada luchadora olímpica, y representa el mayor reto estilístico para Ronda Rousey. / Foto: Especial |
Sara McMann es una ex-luchadora olímpica, ganadora de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Se convirtió en profesional de las artes marciales mixtas en 2011, y está invicta en siete combates. Tras un breve paso por promociones menores, McMann compitió en ProElite, y en 2012 derrotó en Invicta a Shayna Baszler, considerada como una de las mejores peleadoras en el mundo. Hizo su debut en UFC en abril de 2013, cuando derrotó por knockout técnico en el primer asalto a Sheila Gaff, pero desde entonces no ha regresado al octágono.
Lo que convierte a McMann en una rival complicada para Ronda es precisamente su habilidad como luchadora. En diciembre pasado, en su pelea de revancha con Tate, Ronda consiguió seis derribos en poco más de dos rounds, pero ante una luchadora de nivel olímpico encontrará mucho más difícil el poder llevar la pelea al piso. McMann tiene una excelente defensa en contra de técnicas de judo, y es muy probable que pueda incluso contrarrestar los embates de la campeona y ser ella quien llegue a la lona en posición de control. Pero, ¿quiere McMann llevar la pelea al piso?
La agresividad y empuje de Ronda, sumada a su dominio del judo, es lo que la hace una peleadora formidable. / Foto: Especial |
Otra posible estrategia para la retadora sería hacer uso de su defensa de derribos para mantener la pelea de pie, pero tampoco parece tratarse de una cuestión donde tenga una ventaja significativa. McMann boxea con más fuerza que técnica, limitando su estrategia a combinaciones simples con las dos manos, atacando siempre de frente. Ronda tampoco posee un boxeo como para presumir, pues es un trabajo en proceso, pero es más técnica y por lo pronto tiene un respetable jab que sería el antídoto perfecto para los embates frontales de McMann.
Así que lo único que realmente separa a la retadora de las anteriores oponentes de Ronda es su dominio de la lucha y superioridad en los derribos. Si tuviera una pelea de pie más fuerte, ya fuese con boxeo, kickboxing o muay thai, sin duda habría que considerarla como una seria amenaza para el reinado de Ronda. Como ese no es el caso, tendremos que limitarnos a esperar un gran esfuerzo defensivo con algunos momentos agresivos, pero no creo que sean los suficientes como para realmente poner en peligro el dominio de la campeona.
La agresividad natural de Rousey y su implacable búsqueda del sometimiento son demasiado para casi cualquier oponente, y aun cuando McMann parece mejor equipada para defenderse que muchas otras peleadoras, es casi un hecho que Ronda la obligará a asumir un papel defensivo, y aguantar veinticinco minutos del incesante asedio de la campeona sin ceder algún hueco que ésta pueda explotar suena como algo muy improbable. Aun así, será interesante ver a Ronda enfrentando a otra especialista de clase mundial, quien pudiera revelar algunas claves para neutralizar el dominio de la campeona.
Si algún día aparece una peleadora capaz de destronar a Ronda Rousey, tendrá que ser una especialista en lucha, pero considerando que esa disciplina no ofrece demasiadas opciones a la ofensiva, tendrá que ser alguien capaz de superar a la campeona en la pelea de piso, o de ofrecerle un verdadero reto en un duelo de grappling. Lamentablemente ese no es el caso con McMann.
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