@albion2112
El 29 de abril de 2013, ya concluida la temporada 2012-2013 de la NBA, Sports Illustrated publicó en su página web una historia escrita por Jason Collins, entonces centro de los Wizards de Washington, donde el veterano jugador se revelaba abiertamente como homosexual, convirtiéndose en el primer atleta activo en una de las cuatro grandes ligas profesionales de Norteamérica (NFL, NBA, MLB y NHL) en hacerlo.
Jason Collins participó en su primer juego de NBA desde abril de 2013, cuando reveló al mundo su homosexualidad. / Foto: Especial |
La pregunta era si la falta de interés en adquirir sus servicios se debía a que era un veterano con sus mejores temporadas ya en el pasado, o a haber hecho pública su inclinación sexual. Lo más probable es que haya habido un poco de ambas cosas, pero que el factor decisivo fue que ninguno de los treinta equipos de la NBA estaba dispuesto a someterse al circo mediático que se crearía alrededor de Collins y cualquier equipo que decidiese firmarlo. Pasaron los meses, y su ejemplo parece haber animado a Michael Sam, jugador de la Universidad de Missouri que aspira a llegar a la NFL en el próximo draft, a declararse abiertamente como homosexual.
Sam también recibió una fuerte atención mediática en las últimas semanas, pero parece ser que el morbo inicial generado por su declaración se ha ido disipando poco a poco. Tal vez ese fue un factor que ayudó a que los Nets de Brooklyn decidieran ofrecer un contrato de diez días a Collins el pasado fin de semana, pensando en apuntalar un plantel que se ha visto mermado por las lesiones, sobre todo en la parte alta del plantel. Collins fue compañero de Jason Kidd, entrenador de los Nets, cuando debutó en la NBA, y jugó con Kevin Garnett y Paul Pierce en 2012, cuando pasó brevemente por los Celtics de Boston, así que parece ser un equipo adecuado para su regreso.
Collins se convirtió en el primer atleta abiertamente homosexual en tener participación en un partido de la NBA. / Foto: Especial |
Ayer lunes fue motivo de algunos encabezados en periódicos y en sitios deportivos, y parece ser que la atención que recibe ya tampoco es motivo de recelo, al menos de parte de su actual equipo, pues ayer mismo se anunció que se pondrán a la venta jerseys con su número y nombre, algo completamente inusual para jugadores temporales en cualquier equipo. Sin duda el equipo -y la liga- esperan que el jersey tenga buenas ventas entre aquellos aficionados que buscan apoyar a Collins, y esa es la razón para ponerlo disponible.
Sin embargo, creo que lo más importante alrededor de este primer paso en la apertura sexual, no sólo en la NBA, sino en el deporte profesional en general, es que ya quedó atrás. La polémica y discusiones que rodearon el anuncio inicial de Collins fueron perdiendo intensidad, y las que rodearon a Michael Sam no fueron tan fuertes. El seguimiento que recibió durante su participación en el Combine de la NFL fue menor de lo que se anticipaba, y viendo ahora que Collins debutó con su nuevo equipo sin mayores aspavientos mediáticos son sin duda buenas señales.
Seguramente Michael Sam encontrará equipo en la NFL durante el próximo draft colegial, y será un tema importante. Si logra formar parte del plantel que inicie la temporada 2013, también estará haciendo historia, pero es un hecho que no recibirá tanta atención de los medios y la opinión pública, y eso es una buena noticia. A fin de cuentas, el primer paso era el más difícil, y aun cuando se necesitará trabajar en temas de educación, es imposible no pensar que Collins y Sam se convertirán en el detonante de un efecto dominó en la NBA y la NFL, que muy pronto se expandirá también a otros deportes.
No debiera sorprender a nadie que en los próximos meses comiencen a salir del closet jugadores en activo en diferentes ligas, sabiendo que el escrutinio público irá disminuyendo poco a poco. Y es que tratándose de un tema sumamente delicado para las sensibilidades de una sociedad como la de nuestros vecinos del norte, pasará algún tiempo antes de que los anuncios puedan darse de manera casual y sin necesidad de convertir la casa de nadie en un carnaval lleno de cámaras y reporteros. Tal vez llegará el día en que estos anuncios dejen de ser noticia, pero ese es un objetivo a largo plazo.
Por lo pronto, se han dado los primeros pasos, y el valor mostrado por Jason Collins y Michael Sam debiera ayudar a convencer a otros atletas de hacer lo mismo. A fin de cuentas, entre más de ellos se decidan a declararse abiertamente homosexuales, menor será la reacción mediática, y poco a poco se podrá trabajar hasta alcanzar el día en que esta clase de revelaciones se den en una charla informal con sus compañeros y entrenadores, y no ante una serie de cámaras y micrófonos.
0 comments:
Publicar un comentario