Por Gerardo Cuéllar.
@GerardoTaker
Después de dos semanas de espera desde la Final de Conferencia que se le ganó a los New England Patriots y a 15 años de distancia de aquel Super Bowl XXXIII ante los Atlanta Falcons, el pasado domingo los Denver Broncos regresaron al juego grande de la NFL, el Super Bowl en su edición XLVIII.
Apenas a los 12 segundos de partido, una confusión entre Ramírez y Manning nos costó un safety. / Foto: NFL.com |
Lamentablemente el resultado y el juego en si distó mucho de lo que todos esperábamos y de lo que hubiéramos querido, y con ello la enorme campaña que realizó el equipo no se pudo coronar con un tercer título.
Lo que fue una temporada de ensueño terminó en pesadilla y la infinidad de récords impuestos a lo largo del calendario regular y en el propio Super Bowl sirven de muy poco para consolar a una afición que vio cómo su equipo dio cátedra de cómo no se debe jugar un juego de campeonato.
Hace un año podíamos culpar a John Fox de la dolorosa derrota en los Juegos Divisionales ante los Baltimore Ravens por haber apostado a ir a los tiempos extra en lugar de intentar ganar algunas yardas para enviar a Matt Prater a intentar ganar el juego en los últimos segundos. Esta vez, la culpa es compartida aunque nuestro Head Coach también tiene mucho que ver en esta nueva derrota.
A los Broncos les faltó intensidad e incluso les faltó amor propio para pelear en un partido en el que si bien estaban siendo superados, arrojaron la toalla y se dieron por vencidos prácticamente desde el comienzo de la segunda mitad. Errores infantiles de la gente importante y un equipo de coacheo muy tibio terminaron cavando nuestra tumba.
Los Seattle Seahawks son un justo campeón y fueron superiores a lo largo del partido, sin embargo los errores de Peyton Manning, Damaryus Thomas y compañía sumado a la falta de un verdadero líder en el terreno de juego hacían que el equipo pareciera estar caminando sobre la cancha del Metlife Stadium.
Es cierto que Seattle nos hizo mucho daño y que nos dio una paliza pero en gran parte fue porque nosotros les facilitamos la tarea y más por lo que dejamos de hacer que por lo que realmente hicieron. Los Broncos perdieron el partido desde la primer jugada ofensiva del partido cuando hubo una confusión entre Manny Ramírez y Peyton Manning que nos costó ponernos en desventaja apenas a los 12 segundos de partido.
Después de la mejor temporada de su carrera, Peyton Manning fue uno de los que falló durante el Super Bowl. / Foto: NFL.com |
Tristemente el equipo se derrumbó desde ese momento y no conforme continuó cometiendo errores imperdonables en una noche en la que John Fox se mostró tibio a lo largo del encuentro y en la que nunca se le vio dando ánimos o dando gritos a unos jugadores que tenían la moral por los suelos.
El plan de juego, si es que existía nunca se vio, y ellos es completamente su responsabilidad suya aún cuando hayan fallado todos y cada uno de los integrantes del equipo.
El plan de juego, si es que existía nunca se vio, y ellos es completamente su responsabilidad suya aún cuando hayan fallado todos y cada uno de los integrantes del equipo.
Los Broncos se quedaron en la orilla y lo que más duele no es eso, sino que terminaron de forma poco digna la que había sido una gran campaña ya que el domingo vimos a un equipo desconocido y sin personalidad que salió a jugar un partido digno de la primera semana de pretemporada y no un de un Super Bowl, muy diferente a lo que si hizo el ahora monarca de la NFL.
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