@albion2112
Uno de los temas más polémicos y comentados al arranque de la temporada 2012 de la NFL fue el paro laboral de los oficiales, y la consecuente participación de árbitros sustitutos durante algunas semanas antes de que todo volviese a la normalidad.
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| La jugada de Wes Welker al inicio del tercer cuarto pudo haber cambiado el rumbo del partido inagural de 2013. / Foto: Especial |
El jueves por la noche, los Cuervos de Baltimore se fueron al descanso ganando 17-14 de lo que hasta ese momento había sido un encuentro sumamente cerrado y disputado. En tercera oportunidad y nueve, Peyton Manning buscó conectar con Wes Welker, pero su pase fue muy bajo y Welker lo recogió a botepronto del piso, a pesar de lo cual se marcó como pase completo. No sólo fue una falla de los oficiales, pues Baltimore pudo haber retado la llamada y detener ahí el primer ataque de los Broncos en el segundo medio. En vez de eso, la ofensiva siguió adelante hasta culminar en un touchdown, y fue el principio del fin para los Cuervos.
Es difícil decir si las cosas hubiesen sido diferentes. Tal vez Baltimore pudo haber tomado el balón y ampliado su ventaja, o quizás no hubiesen tenido un ataque exitoso, devolviendo el balón a Denver y viendo como Peyton Manning procedía a desmantelar su defensiva secundaria. Eso nunca lo sabremos, pero se trató de una situación desafortunada para dar inicio a la temporada, y terminó por marcar en tendencia en lo que fue un fin de semana errático para los oficiales.
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| El golpe de Matthews sobre Colin Kaepernick fuera del campo desató una fuerte confusión en los oficiales. / Foto: Especial |
Por regla, al haber castigos contra ambos equipos, éstos se anulan, y se repite la jugada. San Francisco tomó ventaja de esta segunda tercera oportunidad cuando Kaepernick tiró un pase de anotación a Anquan Boldin. El problema es que no debió haberse repetido el down, porque los dos castigos fueron en bola muerta, y por tanto se debía haber jugado cuarta oportunidad, en cuyo caso es muy probable que los 49ers se hubiesen conformado con un gol de campo en lugar de la anotación que en ese momento los puso arriba 14-7.
La liga después señaló que esa mala aplicación de la regla no fue lo único que hicieron mal los oficiales, pues en realidad no había razón para castigar a Joe Staley, quien se limitó a sujetar a Clay Matthews, quien era el jugador que estaba lanzando golpes. De hecho, se podría argumentar que Matthews debió recibir un segundo castigo, por conducta antideportiva, que sumado al foul personal original hubiese resultado en primera y gol para San Francisco. De modo tal que en este caso la suma de errores parece haber hecho justicia, lo cual no exime a los oficiales de haber hecho mal su trabajo.
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| Michael Vick tuvo un buen juego, pese a que fue cargado con un balón suelto que no debió contar como tal. / Foto: Especial |
Por último, en el juego de Texanos y Cargadores, éstos tenían una amplia ventaja de 21 puntos tras tres cuartos y medio, pero no pudieron aguantarla y perdieron 31-28. Al inicio del último cuarto, los Texanos intentaron un gol de campo para acercarse a 17-28, pero el gol de campo fue anulado por un castigo en contra de la defensiva de San Diego por contacto con el centro, otorgando diez yardas y el primero y gol a los Texanos, quienes aprovecharon para convertir el TD y ponerse 21-28. El día de ayer un ejecutivo de la NFL dijo que el castigo no debió marcarse, pues hubo contacto pero no falta.
En este caso se trata de una cuestión de apreciación, y no me parece correcto que un ejecutivo descalifique de ese modo la marcación hecha en el campo por alguien que no tiene los beneficios de varios ángulos y cámara lenta. Me parece bien que la liga reconozca cuando se dan errores, pero a diferencia de los antes mencionados, que fueron ejemplos de mala aplicación de las reglas, en este caso se trata de una cuestión de apreciación que se castiga de acuerdo al juicio del oficial de línea, y aun cuando se puede estar en desacuerdo, no se le puede tachar de error, aún si terminó incidiendo en el resultado final.
Ojalá que los oficiales se pongan las pilas y se concentren en su trabajo, pues de otro modo se corre el riesgo de que sus errores comiencen a pesar en el resultado de los juegos, algo que no sería aceptable bajo ninguna clase de circunstancias.
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