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NFL - Diez para Anotar: ¿Qué es una lesión de LCA y por qué requiere tanta convalescencia?

Por Alberto Calvo.
@albion2112

La NFL está de vuelta. Comenzaron los campamentos de entrenamiento, se realizó la ceremonia de inducción al Salón de la Fama, y los equipos están listos para los juegos de pretemporada. Y al igual que cada año, han comenzado las lesiones, con algunos jugadores siendo ya descartados para todo el 2013.

Robert Griffin III se rompió el LCA en un juego de playoffs en
enero y todavía no está listo para volver a jugar. / Foto: Especial
Una de las lesiones más frecuentes es la que se reporta como ACL, que hace referencia al desgarre o rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla (anterior cruciate ligament, en inglés), y la convalescencia es de varios meses, razón por la que los jugadores afectados suelen perderse el resto de la temporada. Hasta ahora podemos listar a Bryan Bulaga, Jeremy Maclin, Dan Koppen, Aaron Berry, Melvin Ingram, Victor Butler, Jonas Mouton, Armon Binns, Jason Phillips, Chris Culliver, Joe Morgan y Arrelious Benn entre las víctimas de este inicio de pretemporada.

Las razones pueden ser muchas: demasiados jugadores participando del campamento, jugadores que vienen de meses de inactividad, contacto con fuerza excesiva por falta de concentración, etc. Pero más allá de las posibles causas me parece importante difundir la clase de lesión de que estamos hablando, a fin de que la mayoría de los aficionados pueda poner en perspectiva la gravedad de esta lesión o apreciar las instancias en que se habla de una recuperación rápida o de la posibilidad de seguir jugando sin someterse a cirugía, como parece ser lo estaba considerando Bryan Bulaga.

En este esquema se puede apreciar la estructura de la rodilla y
sus partes principales, incluyendo los ligamentos. / Foto: Especial
El LCA, como se le conoce por sus siglas en español, es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla. Los ligamentos son una banda de tejido muy resistente que conecta dos huesos en las articulaciones, y cuyo objeto es tratar de estabilizar y coordinar el movimiento de la misma.

El LCA, específicamente, conecta el fémur con la tibia, previniendo que ésta se deslice hacia adelante, manteniendo en línea las partes superior e inferior de la pierna, y ofreciendo resistencia a la rotación interna de la tibia.

Al dañarse el LCA, caminar se convierte en una función complicada, más aún correr o intentar cambiar de dirección. Este daño puede ocurrir sin contacto, pero lo más común es que sea producto de un golpe o de algún movimiento brusco que obligue a la parte baja de la pierna a girar hacia dentro o a moverse hacia adelante. La razón por la que toma tanto tiempo recuperarse de una lesión de LCA es que los ligamentos requieren más tiempo para sanar que casi cualquier otra clase de tejido en el cuerpo humano. En el caso de una rotura, el ligamento no tiene posibilidad de sanar sin ayuda.

Cuando se habla de cirugía reconstructiva, ésta implica remplazar completamente el ligamento dañado, para lo cual se utiliza un injerto de tendón tomado de alguna otra parte del cuerpo del atleta, usualmente de la corva, o en ocasiones del tendón de la rótula, en la misma rodilla. Después de la rodilla viene la terapia de rehabilitación, donde un terapista físico trabaja para ayudar al paciente a recuperar fuerza y rango de movimiento conforme el nuevo LCA queda cimentado en su lugar. El proceso completo puede llegar a tomar entre nueve y doce meses.

Un movimiento de torsión es la principal causa de un desgarre
o rotura del ligamento cruzado anterior. / Foto: Especial
En el caso de atletas que eligen jugar lastimados, casi seguro se trata de desgarres, pues una rotura los dejaría imposibilitados de poner peso sobre la rodilla,, mucho menos realizar la clase de movimientos que un atleta profesional necesita hacer como parte de su trabajo. Si el desgarre no es muy severo y los médicos consideran que la rodilla es lo suficientemente fuerte como para aguantar el esfuerzo añadido a los otros tres ligamentos principales, el atleta puede realizar actividades físicas con el apoyo de una rodillera mecánica, pero no se trata de una situación recomendable bajo ninguna circunstancia.

El caso más reciente de un jugador que pretendiese seguir jugando a pesar de la lesión es el de Bryan Bulaga, tacle izquierdo de los Empacadores de Green Bay, quien había contemplado la posibilidad de no operarse la rodilla, pero una segunda opinión médica confirmó el diagnóstico inicial de rotura del ligamento, por lo que el veterano jugador se someterá a una cirugía reconstructiva, uniéndose a la otra decena de jugadores que se perderán la temporada 2013 a causa de una lesión similar.

A pesar de que es loable el espíritu competitivo de estos atletas, me parece importante que prevalezca la cordura y busquen una completa rehabilitación antes de reintegrarse al deporte. A fin de cuentas, se trata de profesionales que utilizan su cuerpo para ganarse la vida, y me parece que es preferible perderse unos meses de actividad a cambio de recuperarse y poder seguir compitiendo por algunos años más.
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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.
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