Por Gerardo Cuéllar.
@GerardoTaker
Hace poco más de dos años, durante la Copa Oro 2011, el futbol mexicano tuvo un episodio un tanto oscuro, mismo que tenía un par de antecedentes medianamente recientes como fue el caso de Salvador Carmona y Aaron Galindo durante la Copa FIFA Confederaciones de 2005 y el de Omar Ortiz, guardameta de Monterrey en 2010.
Todo hace indicar que los dos jugadores de Querétaro, Amaury Escoto y Marco Jiménez son los positivos. / Foto: Especial |
En el caso de los Seleccionados Nacionales, cinco jugadores del equipo que disputaba el torneo de Concacaf regresaron a casa tras anunciarse que habían dado positivo por Clembuterol, sustancia que pudo haber sido ingerida en alimentos, situación que los salvó de una suspensión al considerarse que no fue administrada con dolo.
En ese entonces, el Clembuterol ganó cierta notoriedad en diferentes espacios al tratarse, según palabras de algunos especialistas, de un tema de salud pública, ya que es una sustancia que puede encontrarse fácilmente en las carnes rojas.
Pese a eso, en los controles que lleva la Federación Mexicana de Futbol en cada jornada del torneo de liga, nunca antes un jugador había dado positivo por esta sustancia, lo que en ese entonces hizo dudar sobre que tan confiables eran los exámenes antidoping realizados a nivel, digamos, local.
El número de casos con un resultado positivo por Clembuterol en la Copa del Mundo Sub-17 y en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, ambos eventos en 2011 confirmó, tal como hiciera hace un par de semanas el ya mencionado 'Gato' Ortíz, que los exámenes llevados a cabo no eran del todo precisos o bien, que los casos de positivo sencillamente se pasaban por alto.
Esta semana, la Femexfut anunció que un par de jugadores dieron positivo por Clembuterol en la primera jornada del Apertura 2013 de la Liga MX. Los dirigentes se reservaron el nombre de los jugadores, situación que derivó en un sin fin de especulaciones, primero en torno a los encuentros en los que se realizó el antidoping en esa jornada y posteriormente sobre que jugadores podían haber dado positivo.
En cada examen antidoping que se realiza hay dos jugadores de cada equipo, lo que hacía que los dos positivos saldrían de tan solo ocho jugadores. Por si fuera poco, la Femexfut decidió inhabilitar a los jugadores que dieron positivo hasta que se destapara la prueba B de dichos exámenes. La actividad de esta mitad de semana en la Copa MX aclaró un poco más el panorama debido a que tres de los digamos, 'sospechosos', vieron actividad con sus equipos.
Lamentablemente al igual que como sucediera en la Copa FIFA Confederaciones de 2005 y en la Copa Oro de 2011, el manejo que la Femexfut le dio al tema solamente generó que este generara más polémica, ya que suscitó un sin fin de especulaciones. De igual forma, el hecho de que el Presidente del Comité Olímpico Mexicano haya especulado sobre lo lamentable que sería que Jesús Corona fuera uno de los implicados ayudó en poco a calmar las aguas.
En 2011, cinco Seleccionados Nacionales dieron positivo por Clembuterol durante la Copa Oro de ese año. / Foto: Especial |
Es cierto que el Clembuterol puede ser un problema de salud pública en nuestro país, pero de nueva cuenta surge la duda del por qué no son más los casos que se presentan expresamente en el futbol mexicano. La Liga MX y Decio de María se equivocaron al dar a conocer una información a medias y al anunciar la inhabilitación de los implicados, cuya incógnita podría ser revelada con la propia actividad de Liga y Copa de esta semana.
Una vez más, el manejo de la información por parte de los dirigentes le dio nuevas dimensiones a un problema que parece ser muy común, pero que extrañamente no presenta más casos. Si la cantidad de Clembuterol en los jugadores es mínima, como se hace suponer se podrá hablar de una ingesta no premeditada. ¿Pero cuál será el parámetro para evitar que una ingesta premeditada no sea considerada como accidental?.
El Clembuterol está de moda otra vez y un alto porcentaje de la población de nuestro país daría positivo por esa sustancia. Entonces, ¿Vale la pena tanto escándalo?.
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