Diez para anotar: Los Raiders tendrán que empezar de cero

Por Alberto Calvo
@albion2112

Antes del inicio de la temporada 2012 de la NFL sabíamos que no sería un año fácil para los Raiders de Oakland, por lo que no fue sorpresa verlos tener algunos traspiés en los primeros juegos. Pero creo que nadie imaginaba que lo que parecía un arranque irregular se iba a convertir en una debacle, con el equipo perdiendo cuatro juegos al hilo.

Carson Palmer dejó Cincinnati con la idea de empezar una nueva
etapa en su carrera. Nunca esperó que fuera así. / Foto: Especial

Al finalizar el mes de octubre, Oakland marchaba con marca de 3-4, que a pesar de ser negativa, daba esperanzas de tener una base sobre la cual crecer e ir desarrollando al equipo pensando en el mediano plazo.

Pareciera que lo único que queda en este equipo que recuerde mejores tiempos fuese la indisciplina y gusto por los escándalos, o al menos esa es la impresión que queda tras el altercado al final del juego, protagonizado por el tacle Tommy Kelly.

Tal vez más preocupante que haber perdido todos sus juegos en noviembre es la forma en que los perdieron. Los Bucaneros les corrieron para más de 270 yardas, rebasando las 500 totales, y les ganaron 42-32. Los Cuervos sumaron más de 400 yardas totales y los arrollaron por 55-20. Los Santos les corrieron 150 yardas y los vencieron por 38-17 y, finalmente, los Bengalies les corrieron 221 yardas, pasaron para casi 200 más, y los derrotaron por 34-10.

Eso quiere decir que la defensiva ha permitido, solo en el mes de noviembre, un promedio de 432 yardas -182 de ellas por la vía terrestre- y 42 puntos por partido a cada uno de sus oponentes. Considerando que su ofensiva no alcanza a promediar 20 puntos por juego, es claro que se encuentran sumidos en un gran agujero y sin una posible salida a la vista.

Richard Seymour es un veterano que debiera ser el líder de la
defensiva, pero las lesiones lo han afectado. / Foto: Especial

Carson Palmer llegó la temporada pasada, con un altísimo costo para el equipo, pues se creía que un QB sólido era todo lo que hacía falta para apuntalar esa unidad ofensiva, pero ese no fue el caso. Se fueron Zach Miller y Michael Bush, Darren McFadden no ha podido sobreponerse a las lesiones, y el ataque simplemente no produce. Los números de Palmer no son malos, pero quienquiera que haya visto alguno de estos juegos sabe que la mayoría de sus yardas y pases de anotación se dieron al final de ellos, cuando el encuentro estaba ya decidido.

La defensiva es tal vez la parte más preocupante en estos momentos, sobre todo considerando que el entrenador en jefe, Dennis Allen, era considerado como un genio defensivo. Sin duda la ausencia de Richard Seymour, quien tiene una lesión en el tendón de la corva y ha estado fuera las últimas tres semanas, ha sido un factor importante en su pobre desempeño, pero no puede ser la única causa, por lo que el joven entrenador y todo su staff estarán bajo escrutinio antes de decidir su continuidad.

La nueva administración del equipo recibió el trato de Palmer sin poder hacer nada al respecto y con una reducida cantidad de selecciones colegiales como resultado del mismo. Reggie McKenzie sabía a lo que se enfrentaría, pero aún así aceptó el cargo de gerente general. Ahora tiene mucho por hacer, y supongo que lo primero será ir limpiando la casa.

Los Raiders no pueden permitirse seguir pagando trece millones al año a Palmer, sobre todo si no es la respuesta a mediano o largo plazo, y eventualmente tendrán que dejar jugar a Terrell Pryor para saber con que cuentan en la posición. Otro jugador que puede resultar redundante es el propio Seymour, quien gana quince millones al año y a su edad no tiene sentido mantenerlo como parte de un equipo en plena reconstrucción.

Creo que McKenzie buscará renegociar algunos contratos largos, dejará ir a algunos veteranos y dará comienzo al trabajo de reconstruir a esta alguna vez orgullosa franquicia desde las bases. No creo que el trabajo de Allen esté en riesgo, pero dudo mucho que su staff vaya a ser el mismo la próxima temporada.

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About Alberto Calvo

Apasionado del mundo de los deportes desde que tiene uso de la razón. Nació en la Ciudad de México y no tiene entre sus planes el abandonar la capital.